2. Familia
Padres
Hermanos
1. Herodes de Calcis.
2. Mariamne
3. Aristóbulo
4. Herodías
Trasfondo familiar
3. Infancia y
juventud
Deudas
4. Agripa se
convierte en rey
Política exterior
Conflictos con Cayo Vibio Marso
Cada mochuelo a su olivo
Las murallas no se tocan
Política interior
5. Ejecución del
Apóstol Santiago
6. Encarcelamiento
del Apóstol Simón Pedro
La liberación de Pedro
7. Muerte de Herodes
Agripa
a) Según los Hechos de los Apóstoles
b) Según Flavio Josefo
8. Descendencia
1. Introducción
Herodes Agripa I (Marco Julio Agripa, - latín Marcus Iulius
Agrippa- , 10 a. C. - 44 d. C.) fue,
1 durante el gobierno del Emperador Calígula Tetrarca de
a) Iturea
b) Gaulanitis
c) Traconitida
2. bajo el imperio de Claudio (sucesor de Calígula), del año
41 d. C. hasta su muerte en el año 44 d.C. Rey de
Judea y Samaria.
En este artículo lo llamaremos continuamente Herodes Agripa
I para diferenciarlo de su hijo primogénito de mismo nombre al que en historia
se conoce como Herodes Agripa II.
2. Familia
Padres
Herodes Agripa I tenía por padres al príncipe judío
Aristóbulo (hijo de Herodes el Grande) y a su mujer Berenice.
Era nieto, pues, de Herodes el grande, el cual mando
ejecutar a su padre Aristóbulo en el año 7 a.C., acusado de haber participado
en una conjura contra el monarca.
Por parte de madre también estaba emparentado con Herodes el
Grande, pues su abuela materna Salomé era hermana de dicho monarca.
Hermanos
Herodes Agripa tenía cuatro hermanos, con unos se llevaba
bien, con otros se odiaba y con otros la relación era de indiferencia. Veamos
en detalle quiénes eran estos hermanos y qué relaciones mantenían con él:
1. Herodes de Calcis.
Este fue el único hermano al que realmente apreciaba Herodes
Agripa I, tanto es así que éste aprovechó la buena relación que tenía con el
emperador Claudio para pedirle nombrara a su hermano rey, como así sucedió.
De esta manera Herodes se convirtió en el rey de Calcis y ha
pasado a la historia con el nombre de Herodes de Calcis.
2. Mariamne
Su hermana Mariamne fue casada, ¡oh sorpresa!, con un tío
suyo, en este caso con su tío Herodes Arquelao, un hijo de Herodes el Grande.
Desconocemos cómo eran las relaciones que pudieron mantener
ambos hermanos.
No consta que se hicieran ninguna canallada mutuamente, lo
cual dentro de la familia Herodes podría ser sinónimo de que mantenían una
buena relación.
3. Aristóbulo
Este Aristóbulo estaba casado con Jotape, hija del rey
Sampsigeramos II de Emesa.
Sabemos que las relaciones con su hermano Aristóbulo no eran
muy buenas, y difícilmente podían serlo, pues este Aristóbulo acusó a su
hermano Herodes Agripa I ante el prefecto romano Flaccus, de haber aceptado
ciertos sobornos en un turbio asunto de términos fronterizos.
4. Herodías
Las relaciones con su hermana más famosa no podían ser
peores.
Herodías despreciaba profundamente a su hermano Agripa del
cual se avergonzaba por manirroto y moroso, pues estaba permanentemente
endeudado. Lo consideraba un fracasado.
Todo empeoró aún más cuando Herodes Agripa, que no tenía
títulos ni posesiones, volvió de Roma investido con honores de rey de la mano
del propio emperador Calígula.
La envidia de su ambiciosa hermana se convirtió en una
auténtica obsesión que no le dejaba vivir, y de esta manera no paró de insistir
a su marido Herodes Antipas para que ambos marcharan a Roma igualmente a
solicitar ante Calígula que éste les concediera un título real también.
Como veremos más adelante esa fue la perdición del
matrimonio Antipas - Herodías.
Trasfondo familiar
Herodes Agripa nació en una familia tremendamente compleja,
pues los Herodes tenían pésimas costumbres:
- casarse entre ellos
- eliminarse los unos a los otros a la primera de cambio.
Así vemos que no sólo su padre Aristóbulo se vio ejecutado
por su propio padre, Herodes el Grande, también su tío Alejandro murió
asesinado, así como su abuelo Kostbaros, su abuela Mariamne I, y un largo
etcétera de parientes.
Digamos que era tradición hacerse tremendas faenas entre los
miembros de esta familia, que por otro lado estaban tremendamente unidos por
estrechos lazos de sangre, ya que al practicar una férrea monogamia estaban
emparentados por partida doble y hasta triple.
El hecho de compartir tanta sangre no era un obstáculo para
odiarse ferozmente y estar permanentemente conspirando para apartarse los unos
a los otros del poder.
3. Infancia y
juventud
Herodes Agripa fue llamado así en honor a Marco Vipsanio
Agripa (en latín Marcus Vipsanius Agrippa) amigo íntimo del emperador César
Augusto.
Después de la muerte de su abuelo Herodes el Grande en el
año 4 a.C., la viuda Berenice decide marcharse a Roma con sus cinco hijos.
Herodes Agripa, pues se cría en la capital del Imperio,
donde se hizo gran amigo no sólo de Druso, hijo del emperador Tiberio, sino
también de dos personas que más tarde llegarían a ser emperadores de Roma con
los nombre de Calígula y Claudio.
Al contrario que sus otros hermanos, Agripa supo no sólo
hacer importantes e influyentes amigos, sino también mantener a los largo de
los años esas amistades que más tarde tanto le ayudarán.
Deudas
Las deudas acompañan a Herodes Agripa durante casi toda su
vida.
Mientras Berenice vivía, Agripa supo controlar su naturaleza
despilfarradora, pues a su madre no le gustaban nada los gastos exagerados,
pero cuando ésta murió en el año 23 d.C., Agripa empezó a dar rienda suelta a
sus caprichos.
El constante desenfreno en su forma de vivir le condujo a
contraer numerosas y cuantiosas deudas que luego no sabía saldar.
En un momento dado tuvo incluso que llegar a abandonar Roma
de tan acosado como estaba de sus acreedores.
Perseguido y sin dinero tuvo que mudarse de un sitio a otro:
de Idumea a Antioquía, y de ahí a Alejandría.
En su desesperación y acorralado por las deudas Agripa llegó
incluso a pensar en suicidarse, pero su mujer Kypros (Cipros) lo pudo impedir,
no sin tener que recurrir a la ayuda de sus cuñados Herodes Antipas y Herodías.
Las cosas cambian para Agripa cuando su amigo Tiberio Julio
Alejandro (Tiberius Iulius Alexander) le presta dinero para volver a Roma entre
los años 35, 36 d. C.
Este Tiberio Julio Alejandro, era un rico judío natural de
Alejandría que mantenía relaciones comerciales con Herodes Agripa I, que una
década después de dejarle el dinero, se convirtió en el segundo procurador de
la provincia de Judea (46-48 d.C.) bajo el emperador Claudio.
Una vez llegado a Roma, valiéndose de las buenas relaciones
que había sabido mantener con la familia Julio-Claudia, empieza a cambiar el
rumbo de su vida.
4. Agripa se
convierte en rey
En los siguientes meses ocurren dos hechos que cambian la
escena política en Judea:
a) Poncio Pilato, que había sido prefecto romano de la
provincia romana de Judea desde el año 26 d.C., es acusado de corrupción y de
abuso de poder.
Después de diez años como prefecto en Judea es apartado de
su cargo en el año 36 d.C. por el legado romano en Siria, Aulus Vitellius
(padre del que más tarde será el emperador Vitellius en el año 69 d.C.), el
cual coloca en lugar de Pilato a su amigo Marcellus.
b) En marzo del año 37 d.C. muere el emperador Tiberio, con
el que Herodes Agripa I había tenido problemas a causa de su incapacidad de
solventar sus deudas, y llega al poder su viejo amigo Calígula, el cual, por
aquel entonces, todavía no estaba perturbado mentalmente.
Comienza aquí una carrera meteórica para Herodes Agripa I
como no se hubiera podido imaginar tan sólo unos meses atrás:
a) El Emperador Calígula lo nombra rey de la Tetrarquía de
Iturea, Traconítida y Golán, que gobernaba su tío Herodes Filipo II hasta el
año 34 d. C., que es cuando fallece sin herederos.
b) Dos años más tarde Calígula le otorga a Herodes Agripa
también la tetrarquía de su cuñado Herodes Antipas, al cual le expropia todas
sus propiedades y lo manda al exilio.
El suceso, que nos narra Flavio Josefo en el libro XVIII de
su obra Antigüedades Judías, tuvo lugar en el año 39 d.C.
Hemos contado más arriba - en el artículo dedicado a
Herodías- lo que aconteció y que fue todo obra de las intrigas que supo crear
Herodes Agripa I para perjudicar a su cuñado el Tetrarca Herodes Antipas.
La hermana de Herodes Agripa, Herodías (la famosa Herodías
de los Evangelios), se hallaba comida por la envidia de ver que su inútil
hermano, que sólo sabía acumular deudas, volvía de Roma investido nada menos
que como rey de la que fuera hasta hacía poco la Tetrarquía de su tío Herodes
Filipo II y de su propia hija Salomé.
Ella, Herodías, que estaba casada con un hijo de Herodes el
Grande, creía que su marido Herodes Antipas merecía mucho más el título de rey
que su despreciable hermano, que sólo era nieto de Herodes el Grande.
Comienza a acosar a su marido Antipas sin tregua para que
acuda él también a Roma a solicitar del emperador Calígula el título de rey
para su Tetrarquía en Galilea.
Antipas es reacio a mover un dedo, pues está bien como está
y no tiene más aspiraciones en la vida, pero la insistencia de su mujer se hace
insoportable.
Decide, pues, acudir también a Roma y poner su oro y plata a
trabajar para obtener la corona que tanto ansía su ambiciosa mujer.
Cuando su desagradecido cuñado Herodes Agripa I (el cual
había recibido cargos remunerados de sus cuñados por lástima) es puesto en
conocimiento de las intenciones de la pareja Herodías-Antipas, envía a un
liberto que tenía a su cargo con unas misivas urgentes para Calígula, en las cuales
le pone al corriente de una supuesta confabulación entre Herodes Antipas y el
rey de los partos, Artabano, para apartar del poder al mismo Calígula.
Cuando Calígula lee las graves acusaciones que se hacen
contra Antipas le pregunta a éste cara a cara si es cierto que está haciendo
acopio de armas, como informa la carta de Agripa.
Antipas admite esto último, pero niega que esté conspirando
contra el emperador. Calígula decide hacer caso a las insidias de Herodes
Agripa I y le arrebata a Antipas no sólo la Tetrarquía de Perea y Galilea, sino
también todos y cada uno de sus bienes, que pasan automáticamente a manos de su
delator.
Por si fuera poco también lo destierra al sur de las Galias.
De esta manera el pequeño reino de Herodes Agripa I crece al
obtener de golpe y porrazo los dominios de su cuñado.
c) Por si todo esto fuera poco, en el año 41 d.C., el
emperador Claudio, también amigo de la infancia de Herodes Agripa I, decirle
concederle también los antiguos territorios que gobernara su tío el Etnarca Herodes
Arquelao -es decir, Judea, Samaria e Idumea-, hasta que éste fue depuesto por
Roma en el año 6 d.C., que le arrebató sus dominios para pasar a formar la
nueva provincia romana de Judea.
Es decir, que con esta última concesión del emperador
Claudio, vemos que Herodes Agripa I acaba finalmente detentando el poder sobre
prácticamente la misma circunspección que gobernara, también como monarca, su
abuelo Herodes I el Grande.
Herodes el Grande había divido en su testamento su reino en
cuatro pedazos, tres de ellos para tres hijos y uno para su hermana Salomé.
a) Uno de ellos, la Tetrarquía de Iturea, Traconítida y
Golán, que había recaído en su tío Herodes Filipo II, pasa, a la muerte sin
hijos del mismo, por enchufe de su amigo Calígula, a manos de Herodes Agripa I.
b) El segundo, la Tetrarquía de Perea y Galilea, cae en
poder de Herodes Antipas, que la pierde torpemente - por aquello de que la
avaricia rompe el saco- y que, de nuevo por enchufe de Calígula, pasa a
engrosar el reino de Agripa.
c) El pedazo más grande de la Tarta, la Etnarquía de Judea,
Samaria e Idumea, había de ir a parar a Herodes Arquelao.
Una vez depuesto éste Etnarca por incompetente, sus dominios
se convirtieron en una nueva provincia romana: Judea, la cual pasa, 35 años después,
por capricho del nuevo emperador Claudio, también a ser propiedad de Herodes
Agripa.
d) Salomé, La Hermana de Herodes el Grande recibe el
gobierno de unas cuantas ciudades limítrofes con Judea, en concreto Yavne,
Azotas y Faesalis, así como una fortaleza en Ascalón.
Estas magras propiedades no pasan a ninguno de sus hijos, ya
que Salomé dispone en su testamento que dichas posesiones sean regaladas, a su
muerte, a su amiga la emperatriz Livia Drusilla, tercera esposa del emperador
Augusto.
Dicho de otra manera, ningún descendiente directo de los
primeros herederos de Herodes el Grande, recibe los territorios de dicho
monarca.
Política exterior
Herodes Agripa I buscó en todo momento llevar unas buenas
relaciones con sus vecinos.
Sabemos que, en el año 42 d.C., organiza un encuentro de
reyezuelos en Tiberíades, la que fuera capital de la antigua Tetrarquía de
Herodes Antipas.
En dicha cumbre se dan cita los reyes títeres de Roma de
toda la región como eran:
a) su hermano Herodes de Calcis
b) Polemon II de Pontos
c) Kotys de Armenia Inferior
d) Antíoco IV de Comagene
e) Sampsigeramos de Emesa, cuñado de su hermano Aristóbulo.
Conflictos con Cayo
Vibio Marso
En aquella época detentaba el cargo de Gobernador de la
provincia romana de Siria el que años atrás fuera Cónsul Sufecto Cayo Vibio
Marso (Gaius Vibius Marsus).
Un cónsul sufecto (consul suffectus, en latín) era un cónsul
sustituto, al que se elegía para cubrir el puesto de cónsul, cuando éste, por
el motivo que fuera estaba de baja.
El cargo de dichos Cónsules Sufectos duraba tan solo unos
pocos meses.
Pues bien, a través de los escritos de Flavio Josefo -
Antigüedades Judías libro XVIII- sabemos que Herodes Agripa I logró entrar en
conflicto en dos ocasiones con este antiguo cónsul sufecto.
La primera fue cuando Vibio Marso le disolvió la convención
de reyes en Tiberíades y la segunda cuando le desbarató los planes que Herodes
Agripa I tenía de ampliar y reforzar las murallas de Jerusalén.
Veamos más en detalle que sucedió en ambos casos.
1. Cada mochuelo a su
olivo
Mientras se celebraba el cónclave de reyes marionetas de
Roma en la ciudad de Tiberíades, apareció por ahí, de manera inesperada, el
gobernador de la provincia romana de Siria, Gaius Vibius Marsus, el cual, dicho
de paso, no había sido invitado al congreso.
Sea por el hecho de no haber sido convidado al concilio de
los monarcas, sea quizá por el hecho de que que Vibius Marsus era por
naturaleza desconfiadísimo, el caso es que no le gustó nada la reunión de
tantos reyes extranjeros y que además parecían llevarse a las mil maravillas.
Interpretando que una fuerte unión de soberanos no romanos
bien avenidos en la parte oriental del imperio podía ser una amenaza para Roma,
decide intervenir e impedir que continúen teniendo lugar encuentros entre
dichos monarcas.
Envía emisarios a todos los participantes que les exigen que
se vuelvan a sus respectivos reinos.
Este incidente diplomático supuso una ofensa para el
anfitrión y organizador del evento, que no era otro que Herodes Agripa.
Agripa, de naturaleza rencorosa, se tomó muy mal la
intromisión del gobernador de Siria. De hecho mandó numerosas cartas a su amigo
el emperador, solicitándole que apartara de su cargo a Gaius Vibius Marsus.
2. Las murallas no se
tocan
Una vez que el rey Herodes Agripa I recibió de su amigo el
emperador Claudio la soberanía sobre Judea, Herodes Agripa I pensó que debía
realizar algunas reformas en su capital histórica: Jerusalén.
Entre esos nuevos cambios, que Herodes Agripa I pensaba
llevar a cabo, se encontraba la ampliación de las murallas de la ciudad, que
debían ser también reforzadas.
De nuevo interviene aquí su enemigo, el gobernador de Siria
Vibius Marsus, al cual no le hace ninguna gracia que una ciudad tan levantisca
y que tantos quebraderos de cabeza le ha causado a Roma refuerce sus defensas.
Vuelve a mandar emisarios a Roma avisando de las intenciones
del nuevo monarca de Judea.
La respuesta del emperador no se hace esperar: Herodes
Agripa I no tiene permiso para realizar mejoras en las murallas que rodean
Jerusalén, por lo que el monarca debe detener su proyecto inmediatamente.
Aparte de dichos pequeños desencuentros con el representante
del poder romano en Oriente, parece ser que Herodes Agripa I no dio más
problemas a Roma.
De hecho fue un monarca que de puertas adentro intentaba
tener satisfechos a sus súbditos judíos y no caer en absurdas provocaciones
religiosas, como ya hicieran sus antecesores en el trono.
De puertas afuera Herodes Agripa intentaba mantener
excelentes relaciones con Roma, a la cual le debía todo lo que era.
Se mostraba como un monarca occidentalizado, romanizado, con
interés por las culturas griega y romana.
Hay quien opina que su extraña y repentina muerte tiene la
pinta de haberse producido por envenenamiento, y que el autor de dicho
envenenamiento no sería otro que su enemigo, el legado de Siria, Cayo Vibio
Marso.
Otros historiadores señalan también que a la muerte de
Herodes Agripa I, el emperador Claudio determina destituir a Cayo Vibio Marso
como gobernador de la provincia romana de Siria, como muestra de buena voluntad
hacia la familia herodiana.
Al cargo de la provincia de Siria coloca a Cayo Casio
Longino.
Política interior
Como ya hemos señalado más arriba, Herodes Agripa I intentó en
todo momento no sólo llevarse bien con el pueblo, al cual había que tratar con
cuidado, pues si no se respetaban los asuntos religiosos, solían producirse
violentas protestas, sino que quiso también ganarse a la casta sacerdotal, en
manos de la famosa secta de los saduceos.
Para congraciarse tanto con los fariseos, populares entre
las clases bajas, como con los saduceos, que controlaban las altas esferas,
decidió emprender una campaña de persecución contra la pequeña comunidad
cristiana incipiente que tanto molestaba a los judíos de la época.
Es en este marco de acoso y represión a los primeros
cristianos donde se producen dos incidentes de enorme importancia, como son el
asesinato del Apóstol Santiago y la detención de Simón Pedro.
5. Ejecución del
Apóstol Santiago
La persecución a los cristianos por parte de Herodes Agripa
tuvo lugar entre los años 41, que es el año en que el emperador Claudio lo
designa rey de Judea, Samaria e Idumea - y por lo tanto tiene potestad para
actuar en Jerusalén, donde estaba establecida la primera comunidad cristiana- y
el año 44, que es cuando fallece.
El evangelista Lucas, al que tradicionalmente se le atribuye
la autoría del libro de los Hechos de los Apóstoles, tan sólo le dedica dos
líneas del capítulo doce de dicho libro a contarnos cómo murió el apóstol
Santiago (o Jacobo):
“Entonces, por aquel
tiempo, el rey Herodes echó mano de algunos de la iglesia para maltratarlos. Y
a Jacobo, el hermano de Juan, lo hizo matar a espada.” (Hechos de los
Apóstoles, capítulo 12, versículos 1 y 2. Reina Valera Actualizada 2015)
Con esta ejecución Santiago (o Jacobo), también llamado Santiago
el Mayor se convierte en el primer mártir del colegio apostólico.
6. Encarcelamiento
del Apóstol Simón Pedro
Sobre el encarcelamiento del apóstol Pedro nos dice el libro
de los Hechos de los Apóstoles lo siguiente:
“Al ver que esto había
agradado a los judíos, procedió a prender también a Pedro. Eran entonces los
días de los Panes sin levadura. Cuando
le tomó preso, le puso en la cárcel, entregándole a la custodia de cuatro
escuadras de cuatro soldados cada una, con la intención de sacarle al pueblo
después de la Pascua. Así que Pedro estaba bajo guardia en la cárcel, pero la
iglesia sin cesar hacía oración a Dios por él.” (Hechos de los Apóstoles,
capítulo 12, versículos 3 - 5. Reina Valera Actualizada 2015)
Aquí el evangelista nos está dejando muy claro que Herodes
Agripa I actuó movido por su interés en agradar a los judíos, los cuales veían
con malos ojos el crecimiento de un movimiento que ellos creían haber ahogado
con la ejecución de su líder en la cruz.
Ante los ojos de los dirigentes religiosos judíos, los
cristianos eran una secta herética, que mantenían postulados completamente
intolerables, como que Jesús era Dios.
Herodes Agripa I, siguiendo su clara política de complacer a
sus súbditos judíos, que no sólo eran la población mayoritaria en su reino,
sino también el grupo más proclive a soliviantarse cuando veía mancillados sus
preceptos y lugares sagrados, decide ordenar una autentica persecución contra
la primitiva comunidad cristiana.
Contando con la inestimable colaboración de los propios
judíos, que se encargaban de delatar, cuando no directamente de arrastrar
literalmente a los cristianos ante las autoridades, (en algunos casos hasta de
lincharlos públicamente) Herodes Agripa I encarcela, manda flagelar o ejecutar
a todo aquel cuya pertenencia a la Iglesia cristiana quede probada.
En este último pasaje bíblico que acabamos de leer se nos
comenta también que Herodes Agripa I tenía la intención de presentarlo al
pueblo una vez pasada la festividad de la Pascua.
Es interesante leer esta frase, por la cantidad de
información que contiene en tan pocas palabras:
a) Herodes Agripa I quería mostrar al apóstol Pedro
capturado al pueblo judío, a modo de trofeo, seguramente encadenado y
visiblemente vejado, con la intención de dejar un mensaje claro a sus súbditos
judíos, del tipo: “¿Lo veis? Estoy con vosotros y no voy a tolerar que nadie
propague herejías en mis dominios”
b) Esta exhibición de presos cristianos la deja para después
de la celebración de la Pascua, que era la fiesta religiosa más importante para
los judíos.
Durante las fiestas de Pascua se reunía en Jerusalén,
capital religiosa de judaísmo, pues en ella se encontraba su Templo, único
santuario de los judíos, una ingente cantidad de peregrinos que venían de todas
partes de Judea, Galilea e incluso de Egipto o Siria para participar en los
ritos religiosos.
La presencia de muchedumbre en Jerusalén era un motivo de
estrés y nerviosismo para todas las autoridades, pues no sólo era mucho más
difícil mantener el orden público cuando el número de habitantes se
multiplicaba por aquellas fechas sino que también existían precedentes de
violentos levantamientos populares durante la celebración de la Pascua.
Para evitar excitar los ánimos de la población, el rey
decidió dejar para más tarde el espectáculo de los reos cristianos.
Pero el asunto es que esta vez no pudo ser. No se llegó a
poder presentar a Pedro para ofrecer a los curiosos un castigo público.
La liberación de
Pedro
“Cuando Herodes iba a
sacarlo, aquella misma noche Pedro estaba durmiendo entre dos soldados, atado
con dos cadenas, y los guardias delante de la puerta vigilaban la cárcel. Y he
aquí se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la celda.
Despertó a Pedro dándole un golpe en el costado y le dijo:
- ¡Levántate pronto! Y
las cadenas se le cayeron de las manos.”
(Hechos de los Apóstoles, capítulo 12, versículos 6 y 7.
Reina Valera Actualizada 2015)
Pedro puede escapar de las mazmorras herodianas y
desprendiéndose de las cadenas abandona aquel lugar.
“Entonces le dijo el
ángel: —Cíñete y ata tus sandalias.
Y así lo hizo. Luego
le dijo: —Envuélvete en tu manto y sígueme.
Y habiendo salido, le seguía y no comprendía
que lo que hacía el ángel era realidad. Más bien, le parecía que veía una
visión. Cuando habían pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la
puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma.
Cuando habían salido, avanzaron por una calle, y de repente el ángel se apartó
de él. Entonces Pedro, al volver en sí, dijo: “Ahora entiendo realmente que el
Señor ha enviado su ángel y me ha librado de la mano de Herodes y de toda la
expectación del pueblo judío”. (Hechos de los Apóstoles, capítulo 12,
versículos 8 - 11. Reina Valera Actualizada 2015)
El Ángel del Señor le agua la fiesta a Herodes Agripa I al
liberar al prisionero y por lo tanto dejando al monarca sin preso que exhibir.
Pedro se libra de una humillación pública pero también, muy
seguramente, de un duro castigo y, probablemente, de hasta la muerte.
7. La muerte de Herodes
Agripa I
Herodes Agripa I muere, como ya hemos señalado varias veces,
en el año 44 d. C.
Su muerte aparece descrita en dos fuentes históricas
a) en Hechos de los Apóstoles, capítulo 12, versículos 20 -
23.
b) En la obra Antigüedades Judías de Flavio Josefo, libro
XIX, capítulo 8.
a) Según los Hechos
de los Apóstoles
La muerte de este monarca no aparece descrita en el libro de
los Hechos de los Apóstoles de la siguiente manera:
“Herodes estaba
furioso con los de Tiro y de Sidón. Pero ellos se presentaron a él de común
acuerdo; y habiendo persuadido a Blasto, el camarero mayor del rey, pedían la
paz, porque su región era abastecida por la del rey.
En un día señalado,
Herodes, vestido de sus vestiduras reales, se sentó en el tribunal y les
arengaba. Y el pueblo aclamaba diciendo: “¡Voz de un dios y no de un hombre!”.
De repente le hirió un ángel del Señor, por
cuanto no dio la gloria a Dios. Y murió comido de gusanos”. (Hechos de los
Apóstoles, capítulo 12, versículos 20 - 23. RVA - 2015)
b) Según Flavio
Josefo
En la obra Antigüedades Judías de Flavio Josefo, nos
encontramos con un relato muy similar al de Hechos de los Apóstoles. En el
capítulo 8 de su libro XIX leemos lo siguiente:
“Cuando Agripa llevaba
ya tres años reinando en toda Judea, fue a la ciudad de Cesárea, que
anteriormente se llamaba Torre de Estrato. Allí preparó un festival con una
exhibición de espectáculos en honor del Emperador, al cual acudieron numerosos
oficiales de alto rango.
Al segundo día de los
festejos, se vistió una túnica hecha al completo de plata y, cuando salía el
sol, se dirigió al teatro.
Entonces comienza la
plata a refulgir porque el sol se reflejaba en ella. El brillo y esplendor eran
tales que causan el pasmo de aquellos que lo miraban.
En ese momento la multitud
lo aclama por todo el teatro, gritándole alabanzas que se convirtieron en su
perdición, pues lo trataban como a una divinidad y le decían: “Antes te
honrábamos como ser humano, pero a partir de ahora te adoraremos como a alguien
de naturaleza superior a la de los mortales.”
El rey, al oír esto,
ni reprendió al público, ni mostró desagrado ante sus impías alabanzas.
Ahora bien cuando
levanto su mirada vio a un búho posado en lo alto, sobre su cabeza y fue
consciente de que estaba presenciando un mal augurio, pues anteriormente el
mismo pájaro había sido portador de buenas noticias. Entonces fue presa de un
profundo abatimiento.
Un fuerte dolor
abdominal se apoderó de él de una manera repentina y virulenta.
Y mirando a sus amigos
les dijo: «yo, a quien consideráis vuestro dios, debo ahora mismo dejar esta
vida; pues el destino me castiga probando que no era cierto lo que creíais. Yo,
a quien habéis aclamado como inmortal, ya me encuentro ante las puertas de
muerte. Pero debo acatar lo que dicta el destino, pues así le place a Dios;
Además no he vivido nada mal, sino con esplendor y felicidad».
Al acabar sus
palabras, sus dolores se volvieron más fuertes. Ordenó que lo condujeran
inmediatamente a su palacio; por toda la ciudad corrió el rumor de que el rey estaba
agonizando.
Los hombres del
pueblo, sus mujeres e hijos, poniéndose cilicios, como es costumbre en el país,
comenzaron a rogar a Dios por la salud del monarca.
Por todos los rincones
se oían lamentaciones y lloros. El rey, que se encontraba postrado en una
habitación a cierta altura del suelo, cuando vio a sus súbditos arrodillados en
el suelo, no fue capaz de contener sus lágrimas.
Después de haber
padecido dolores en el abdomen durante cinco días seguidos, murió a los
cincuenta y cuatro años de edad, habiendo gobernado como rey por un plazo de
siete años.
Pudo reinar durante
cuatro años, mientras era emperador Calígula. Durante tres años disfrutó de la
tetrarquía de Herodes Filipo; al cuarto año se le concedió la tetrarquía de
Herodes Antipas. Durante los siguientes tres años reinó, bajo el imperio del
César Claudio, las regiones antes mencionadas, así como Judea, Samaria y
Cesárea.” (Traducción de José
Ignacio Grasa)
8. Descendencia
Herodes Agripa I tuvo cinco hijos con su mujer Cipros
(Kypros):
a) Herodes Agripa II, nacido en el año 27 d.C.
b) Berenice, nacida el año 28 d.C.
c) Mariamna, que nació en el año 34 d.C.
d) Drusila, de la que se dice que vino al mundo en el año 38
d.C.
e) Druso, que murió muy joven.
Herodes Agripa II estaba llamado a ser su sucesor natural,
pero Herodes Agripa I murió siendo su primogénito muy joven todavía, pues tenía
tan solo 17 años.
El emperador Claudio pensó que no era prudente dejar en
manos de un chiquillo tan inexperto y falto de madurez el gobierno de una
provincia tan complicada de dirigir.
Así pues, el César determina que el reino de su difunto
amigo Herodes Agripa I se convierta de nuevo en la provincia romana de Judea
-algo más grande que la provincia del mismo nombre que se creó en el año 6
d.C., cuando se destituyó a su etnarca Herodes Arquelao- y que pase a estar
regida por un prefecto romano.
De Herodes Agripa I se ha dicho que fue un gobernante
sensato y capacitado, que supo entender y contentar tanto por arriba a los
romanos como por abajo a sus súbditos judíos.
Quizá si hubiera vivido más años, se podría haber
estabilizado la situación política de la región y se hubiera evitado la guerra
que devastó Judea.