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miércoles, 10 de febrero de 2021

¿Se puede rezar a Jesús?

1. Introducción

2. ¿Qué dice la Biblia sobre Jesús?

      1. Jesús tiene toda la autoridad

      2. Jesús es de la misma naturaleza de Dios

            2.1. Aceptar a Jesús es aceptar a Dios

            2.2. Jesús es Dios y existe desde siempre

            2.3. Jesús está en Dios y Dios en Jesús.

            2.4 Jesús y Dios comparten trono y gloria eternos

3. Jesús recibe adoración en la Biblia

4. ¿Qué supone aceptar a Jesús como nuestro salvador?

5. Conclusión

 

1. Introducción

Una pregunta que nos hacemos los cristianos frecuentemente es la de si es correcto o no dirigirse a Jesús en nuestras oraciones.

A lo largo del Antiguo Testamento podemos leer en numerosísimas ocasiones cómo Dios exhorta a los judíos a que no adoren a nadie más que a Él.

Una y otra vez nos indican las Sagradas Escrituras que no debemos hacernos imágenes y mucho menos arrodillarnos ante ellas para venerarlas porque sólo Dios merece adoración. Toda la gloria es para Dios.

Ya hemos señalado en tres artículos anteriores cómo no se debe rezar o reverenciar ni a los santos, ni a María, ni a los ángeles.

Postrarse ante una imagen y dirigir nuestras oraciones a alguien o algo que no sea Dios es cometer idolatría, es decir, una ofensa ante Dios y, por lo tanto un gravísimo pecado.

Si tenemos claro que no debemos adorar a nadie excepto a Dios, la duda que, en buena lógica, nos asalta a los creyentes es, ¿qué pasa entonces con Jesús?, ¿debemos o no tenerlo en cuenta en nuestras oraciones?, ¿podemos dirigirnos a Él cuando rezamos, o no?

Para poder contestar a esta pregunta y llegar a una conclusión, debemos leer qué dice la Biblia sobre Jesús. 

 

2. ¿Qué dice la Biblia sobre Jesús?

La Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, no nos habla de Jesús como si de una persona especial se tratara, es decir como de un patriarca o de un profeta, sino como de un ser divino, como de alguien que forma parte de la naturaleza de Dios.

Vamos a ver en detalle que dicen las Sagradas Escrituras sobre la naturaleza de Jesucristo.

Para no abrumar al paciente lector con numerosas citas, hemos seleccionado aquellos versículos más relevantes.

 

1. Jesús tiene toda la autoridad

Ya en el Antiguo Testamento nos adelantaban los profetas que Jesús tendría todo el poder, el dominio y la autoridad.

- En el libro del profeta Isaías leemos lo siguiente:

Porque un niño nos es nacido, un hijo nos es dado, y el dominio estará sobre su hombro. Se llamará su nombre: Admirable Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”. (Isaías 9, 6). RVA 2015.

- En el libro de Daniel se nos narra la visión que tuvo el profeta Daniel sobre la investidura de Jesús, y en la que podemos ver cómo recibe todo el dominio, la majestad y la realeza eternos:

Estaba yo mirando en las visiones de la noche, y he aquí que en las nubes del cielo venía alguien como un Hijo del Hombre. Llegó hasta el Anciano de Días y lo presentaron delante de él. Entonces le fue dado el dominio, la majestad y la realeza. Todos los pueblos, naciones y lenguas le servían. Su dominio es dominio eterno que no se acabará; y su reino, uno que no será destruido”. (Daniel 7, 13-14) RVA

- En el Nuevo Testamento se sigue haciendo hincapié en que Jesús tiene toda la autoridad, tanto en la tierra como en el cielo.

Jesús se acercó a ellos y les habló diciendo: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra”. (Mateo 28,18) RVA 2015.

En algunas ocasiones Jesús tuvo que realizar algún prodigio para que su incrédula audiencia fuera testigo de su autoridad:

Porque, ¿qué es más fácil decir: “Tus pecados te son perdonados” o decir: “Levántate y anda”? Pero para que sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad para perdonar pecados en la tierra —entonces dijo al paralítico—: ¡Levántate; toma tu camilla y vete a tu casa! Y se levantó y se fue a su casa. Cuando las multitudes vieron esto, temieron y glorificaron a Dios, quien había dado semejante autoridad a los hombres”. (Mateo 9, 5-8), (Marcos 2, 3-12), (Lucas 5, 18-26)

Los escribas y fariseos que se hallaban presentes no saben sacar las conclusiones correctas después de haber presenciado tal milagro.

Si sólo Dios puede perdonar los pecados y Jesús acaba de perdonárselos al paralítico, demostrando con su espectacular curación, que tiene todo poder, la única posible deducción es que están ante Dios.

Jesús tiene la competencia de juzgar: “Porque el Padre no juzga a nadie sino que todo el juicio lo dio al Hijo” (Juan 5, 22) RVA 2015

“Él es el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza, quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder. Y cuando hubo hecho la purificación de nuestros pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”. (Hebreos 1, 3) RVA 2015.

 

2. Jesús es de la misma naturaleza de Dios

A lo largo del Nuevo Testamento, tanto en los Evangelios como en los otros libros neotestamentarios, se recalca que Jesús es de la misma naturaleza que el Padre:

a) Por un lado encontramos una serie de afirmaciones en las que se nos deja claro que aceptar a Jesús es aceptar a Dios y rechazar a Jesús es rechazar a Dios.

b) Por otro lado tenemos otra serie de versículos que manifiestan que Jesús es Dios, que ha existido siempre y ha creado el Universo.

c) También se proclama que Jesús está en Dios, Dios está en Jesús y ambos hacen lo mismo

d) Por último tenemos otros pasajes bíblicos donde se nos explica que Jesús y Dios comparten morada, trono y gloria.

Veamos qué dicen exactamente dichos versículos:

 

2.1. Aceptar a Jesús es aceptar a Dios

 

A. El que recibe a Jesús recibe al Padre

El que en mi nombre recibe a alguien como este niño, a mí me recibe; y el que a mí me recibe no me recibe a mí sino al que me envió”. (Marcos 9, 37) RVA 2015.

 

B. El que rechaza a Jesús rechaza al Padre

- “El que los escucha me escucha a mí; el que los rechaza me rechaza a mí; y el que me rechaza, rechaza al que me envió”. (Lucas 10, 16) RVA 2015.

-“¿Quién es mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es el anticristo: el que niega al Padre y al Hijo. Todo aquel que niega al Hijo tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo tiene también al Padre. Permanezca en ustedes lo que han oído desde el principio. Si permanece en ustedes lo que han oído desde el principio, también ustedes permanecerán en el Hijo y en el Padre”. (1 Juan 2, 22-24) RVA 2015.

 

C. El que permanece en Jesús tiene al Padre

- “Todo el que se extravía y no permanece en la doctrina de Cristo no tiene a Dios. El que permanece en la doctrina, este tiene al Padre y también al Hijo”. (2 Juan 1, 9)

 

D. El que ve a Jesús ve al Padre

Jesús le dice a Marta, la hermana de Lázaro, un instante antes de devolverle la vida al difunto, las siguientes palabras:

Jesús le dijo: — ¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios?” (Juan 11, 40) RVA 2015.

Son palabras que se acompañan de hechos que las confirman.

La resurrección de Lázaro. Giotto di Bondone

Más adelante, Jesús proclama:

y el que me ve a mí, ve al que me envió”. (Juan 12, 45) RVA

Cuando el discípulo Felipe le pide a Jesús que les muestre al Padre:

Jesús le dijo: —Tanto tiempo he estado con ustedes, Felipe, ¿y no me has conocido? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo, pues, dices tú: “Muéstranos el Padre”? (Juan 14, 8-9) RVA 2015

 

E. El que cree en Jesús cree en el Padre

Pero Jesús alzó la voz y dijo: “El que cree en mí, no cree en mí sino en el que me envió;” (Juan 12, 44) RVA 2015.

 

F. El que conoce a Jesús conoce al Padre

Jesús le dice a su discípulo Tomás lo siguiente:

Jesús le dijo: — Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí. Si me han conocido a mí, también conocerán a mi Padre; y desde ahora lo conocen y lo han visto”. (Juan 14, 6-7) RVA 2015.

 

G. El que honra a Jesús honra al Padre

Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió”. (Juan 5, 23)

 

2.2. Jesús es Dios, existe desde el principio y lo ha creado todo

 

A. Jesús es Dios, existe desde siempre y ha creado todo lo que existe:

- “En el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios, y la Palabra era Dios. Ella era en el principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de ella, y sin ella no fue hecho nada de lo que ha sido hecho. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”. (Juan 1, 1-4) RVA 2015

- “Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros, y contemplamos su gloria, como la gloria del unigénito del Padre lleno de gracia y de verdad”. (Juan 1, 14) RVA 2015.

En el principio Jesús fundó la tierra y los cielos: “Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos”. (Hebreos 1, 10) RVA 2015

- “Dios, habiendo hablado en otro tiempo muchas veces y de muchas maneras a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo y por medio de quien, asimismo, hizo el universo. (Hebreos 1, 1-2) RVA 2015

- El propio Jesús manifestaba públicamente que él y el Padre eran una y la misma cosa. Por eso Ante los ojos de los judíos, Jesús blasfemaba:

Por esta razón los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo quebrantaba el sábado sino que también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios”. (Juan 5, 18) RVA 2015.

- Jesús es el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin: “Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin”. (Apocalipsis 22, 13) RVA 2015.

 

Alfa y omega

B. Jesús es el Yo Soy del Antiguo Testamento

- Jesús se remite a los libros de Moisés para proclamar que él es Dios:

- “Entonces Jesús les dijo: —Cuando hayan levantado al Hijo del Hombre, entonces entenderán que Yo Soy, y que nada hago de mí mismo sino que estas cosas hablo así como el Padre me enseñó”. (Juan 8, 28) RVA 2015.

Ese Yo Soy de Jesús hace referencia a Éxodo 3, 14: “Dios dijo a Moisés: — YO SOY EL QUE SOY. —Y añadió—: Así dirás a los hijos de Israel: “YO SOY me ha enviado a ustedes”. (Éxodo 3, 14) RVA 2015.

- “Les dijo Jesús: — De cierto, de cierto les digo que antes que Abraham existiera, Yo Soy”. (Juan 8, 58)

 

C. Jesús y el Padre son una y la misma cosa

Quizá el versículo donde Jesús deja más claro que él es Dios, es el siguiente: “Yo y el Padre uno somos”. (Juan 10, 30)

- “mientras que del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, es por los siglos de los siglos; cetro de rectitud es el cetro de tu reino”. (Hebreos 1, 8) RVA 2015.

- El apóstol Tomás proclama asombrado, cuando comprueba que está ante Jesús resucitado:

Entonces Tomás respondió y le dijo: —¡Señor mío y Dios mío!” (Juan 20, 28) RVA 2015.

 

D. Jesús existe en forma de Dios:

Haya en ustedes esta manera de pensar que hubo también en Cristo Jesús: Existiendo en forma de Dios, él no consideró el ser igual a Dios como algo a que aferrarse; sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres; y, hallándose en condición de hombre, se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz! (Filipenses 2, 5-8) RVA 2015.

 

E. Jesús es el verdadero Dios y la vida eterna

No obstante, sabemos que el Hijo de Dios está presente y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y la vida eterna”. (1 Juan 5, 20) RVA 2015.

 

F. Cristo es Dios sobre todas las cosas

De ellos son los patriarcas; y de ellos, según la carne, proviene el Cristo, quien es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén”. (Romanos 9, 5) RVA 2015.

 

G. Jesús es la imagen del Dios invisible

Él es la imagen del Dios invisible; el primogénito de toda la creación porque en él fueron creadas todas las cosas que están en los cielos y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, dominios, principados o autoridades. Todo fue creado por medio de él y para él. Él antecede a todas las cosas, y en él todas las cosas subsisten”. (Colosenses 1, 15-17). RVA 2015.

- “Él es el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza, quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder”. (Hebreos 1, 3) RVA 2015

 

H. Jesús es heredero de todo

Dios, habiendo hablado en otro tiempo muchas veces y de muchas maneras a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo y por medio de quien, asimismo, hizo el universo. (Hebreos 1, 1-2) RVA 2015.

 

2.3. Jesús está en Dios y Dios en Jesús. Ambos hacen lo mismo

 

A. Jesús y el Padre hacen lo mismo

Por esto respondió Jesús y les decía: —De cierto, de cierto les digo que el Hijo no puede hacer nada de sí mismo sino lo que ve hacer al Padre. Porque todo lo que él hace, esto también lo hace el Hijo de igual manera”. (Juan 5, 19) RVA 2015.

 

B. Jesús está en el Padre y el Padre está en Jesús.

Jesús les enseña a sus seguidores que el Padre está en Jesús y Jesús en el Padre; ante la incredulidad de sus propios discípulos Jesús se remite a los prodigios que ha realizado delante de ellos:

- “Pero si las hago, aunque a mí no me crean, crean a las obras para que conozcan y crean que el Padre está en mí, y yo en el Padre”. (Juan 10,38) RVA 2015.

- “¿No crees que yo soy en el Padre y el Padre en mí? Las palabras que yo les hablo, no las hablo de mí mismo sino que el Padre que mora en mí hace sus obras. Créanme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, crean por las mismas obras”. (Juan 14, 10-11) RVA 2015.

 

C. En Jesús habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad:

Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Colosenses 2, 9). Reina Valera Actualizada 2015.

 

2.4 Jesús y Dios comparten trono, morada y gloria eternos

 

A. Jesús y el Padre moran en el mismo lugar

- “Jesús le dijo: —Yo soy. Y además, verán al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder y viniendo con las nubes del cielo”. (Marcos 14, 62) RVA 2015.

- “Respondió Jesús y le dijo: —Si alguno me ama, mi palabra guardará. Y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos nuestra morada con él”. (Juan 14, 23)

 

B. Jesús y el Padre comparten el trono

Después me mostró un río de agua de vida, resplandeciente como cristal, que fluye del trono de Dios y del Cordero. En medio de la avenida de la ciudad, y a uno y otro lado del río, está el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto. Las hojas del árbol son para la sanidad de las naciones. Ya no habrá más maldición. Y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le rendirán culto”. (Apocalipsis 22, 1-3) RVA 2015.

 

C. El reino y el trono de Jesús son eternos

- “Mientras que del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, es por los siglos de los siglos; cetro de rectitud es el cetro de tu reino”. (Hebreos 1, 8) RVA 2015.

-  Pues de esta manera les será otorgada amplia entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”. (2 Pedro 1, 11) RVA 2015.

 

D. Jesús y el Padre comparten la gloria

- “Aguardando la esperanza bienaventurada, la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí mismo un pueblo propio, celoso de buenas obras.” (Tito 2, 13-14) RVA 2015.

- “Y oí a toda criatura que está en el cielo y sobre la tierra y debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, diciendo: “Al que está sentado en el trono y al Cordero sean la bendición y la honra y la gloria y el poder por los siglos de los siglos”. Los cuatro seres vivientes decían: “¡Amén!”. Y los veinticuatro ancianos se postraron y adoraron”. (Apocalipsis 5, 13-14) RVA 2015


Como podemos ver de la mano de estos numerosos ejemplos, Jesús es Dios, concretamente es el Hijo, la segunda persona de la Trinidad.

Las escrituras proclaman la divinidad de Jesús.

Enseñar algo diferente a lo que la Biblia nos dice, es ir en contra de la Palabra de Dios y, por lo tanto, pecado.

 

3. Jesús recibe adoración en la Biblia

Como hemos podido comprobar, la Biblia nos deja muy claro que Jesús es Dios.

Dios es uno en esencia pero se constituye en tres personas: Dios Padre, Jesús Hijo y Espírito Santo.

Por lo tanto honrando a Jesús, adoramos también al Padre.

A lo largo del Nuevo Testamento leemos numerosos pasajes donde Jesús recibe adoración por parte de sus discípulos, de otros judíos y de extranjeros, pero también de los ángeles.

Desde la Biblia se nos insta a adorar a Jesús.

Veamos aquellos pasajes de la Biblia donde aparece adoración a Jesús.

 

En los Evangelios

 

Mateo

La primera vez que nos encontramos con un grupo de personas que adora a Jesús es en su mismo nacimiento: ¡Jesús recibe adoración desde el mismo momento en el que viene al mundo!

Curiosamente, ese séquito de adoradores no son judíos, son extranjeros.

Son Orientales que se toman la molestia de emprender un largo y agotador viaje para adorar a Jesús:

- “Jesús nació en Belén de Judea, en días del rey Herodes. Y he aquí unos magos vinieron del oriente a Jerusalén preguntando: — ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en el oriente y hemos venido para adorarle”. (Mateo 2, 1-2) RVA 2015.

Adoración de los Reyes Magos. El Greco

Los sabios de Oriente le traen regalos al niño y se postran ante él en clara señal de devoción.

Cabe señalar que se inclinan ante Jesús, no ante María. El evangelio de Mateo nada nos dice de que veneraran a María:

- “Cuando entraron en la casa, vieron al niño con María su madre, y postrándose lo adoraron. Entonces abrieron sus tesoros y le ofrecieron presentes de oro, incienso y mirra”. (Mateo 2, 11) RVA 2015.

Más adelante podemos leer en el mismo evangelio de Mateo cómo un leproso se postra ante Jesús con la seguridad de que va a ser sanado:

- “Cuando descendió del monte, lo siguió mucha gente. Y he aquí vino un leproso y se postró ante él diciendo: — ¡Señor, si quieres, puedes limpiarme!” (Mateo 8, 1-2). RVA 2015.

También sus discípulos lo veneran cuando son testigos de los enormes prodigios que Jesús lleva a cabo:

- “Entonces los que estaban en la barca lo adoraron diciendo: —¡Verdaderamente eres Hijo de Dios!” (Mateo 14, 33). RVA 2015

- Sólo hay una clase de gente que se niega en redondo a honrar a Jesús, aún cuando pueden observar con sus propios ojos las maravillas que éste realiza; se trata de la casta religiosa: los fariseos y los saduceos:

Pero los principales sacerdotes y los escribas se indignaron cuando vieron las maravillas que él hizo, y a los muchachos que lo aclamaban en el templo diciendo: — ¡Hosanna al Hijo de David!

Y le dijeron: — ¿Oyes lo que dicen estos?

Jesús les dijo: —Sí. ¿Nunca leyeron: De la boca de los niños y de los que maman preparaste la alabanza?” (Mateo 21, 15-16) RVA 2015.

En este pasaje, Jesús recibe alabanza de sus paisanos y no vemos que los mande callar por blasfemos, al contrario, se remite a los dos primeros versículos del Salmo 8 para enfatizar que él es digno de toda gloria y alabanza:

Oh SEÑOR, Dios nuestro,

¡cuán grande es tu nombre

en toda la tierra!

Has puesto tu gloria sobre los cielos.

De la boca de los pequeños

y de los que todavía maman

has establecido la alabanza

frente a tus adversarios

para hacer callar al enemigo

y al vengativo”.

(Salmo 8, 1- 2) RVA 2015.

Jesús se atribuye una gloria que le corresponde, según este salmo, sólo a Dios. ¡Pero es que él es Dios!

Más ejemplos de adoración podemos leer en Mateo:

- “Y he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: — ¡Les saludo! Y acercándose ellas, abrazaron sus pies y lo adoraron”. (Mateo 28,9) RVA 2015.

- “Cuando lo vieron, lo adoraron; pero algunos dudaron”. (Mateo 28, 17)

 

Lucas

En el evangelio de Lucas también se menciona un episodio de adoración por parte de sus discípulos, cuando se encuentran con Jesús resucitado:

Después de haberlo adorado, ellos regresaron a Jerusalén con gran gozo”. (Lucas 24, 52) RVA 2015.

 

Juan

Juan es el evangelista que más hincapié hace en la naturaleza divina de Jesús.

En varias ocasiones se menciona en su evangelio cómo Jesús recibe adoración.

Enel capítulo 5 podemos leer que Jesús instruye a los judíos y les indica que se debe honrar al Hijo como se honra al Padre. Es más, Jesús va más allá y llega a decir que quien no le honra a él no honra a Dios:

- “Porque así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere. Porque el Padre no juzga a nadie sino que todo el juicio lo dio al Hijo para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió”. (Juan 5, 21-23) RVA 2015.

También advierte Jesús a su audiencia que el Padre lo glorifica:

Respondió Jesús: — Si yo me glorifico a mí mismo mi gloria no es nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien ustedes dicen: “Es nuestro Dios”. (Juan 8, 54) RVA 2015

En el capítulo 9 vemos cómo un ciego que acaba de ser sanado por Jesús, lo adora:

Jesús oyó que lo habían echado fuera y, cuando lo halló, le dijo:

—¿Crees tú en el Hijo del Hombre?

Él respondió y dijo: 

—Señor, ¿quién es para que yo crea en él?

Jesús le dijo: — Lo has visto, y el que habla contigo, él es.

Y dijo: —¡Creo, Señor! Y lo adoró”. (Juan 9, 35-38) RVA 2015.

Otro claro ejemplo de adoración lo tenemos en el capítulo 12, cuando poco antes de la Pascua, María, la hermana de Lázaro recibe en su casa de Betania a Jesús y le prepara una cena. Abrumada y agradecida porque Jesús le había devuelto la vida a su hermano, le perfuma los pies al Señor:

Entonces María, habiendo traído como medio litro de perfume de nardo puro de mucho valor, ungió los pies de Jesús y los limpió con sus cabellos. Y la casa se llenó con el olor del perfume” (Juan 12,3) RVA 2015.

Al día siguiente de producirse este episodio, Jesús acude a Jerusalén con sus discípulos donde es recibido y aclamado por la multitud:

Al día siguiente, cuando oyó que Jesús venía a Jerusalén, la gran multitud que había venido a la fiesta tomó ramas de palmera y salió a recibirlo, y lo aclamaba a gritos: “¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!” (Juan 12, 12-13) RVA 2015.

Poco después de haberse dado ese baño de masas Jesús proclama:

Y Jesús les respondió diciendo: — Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado”. (Juan 12, 23) RVA 2015

Más adelante Jesús les indica a sus discípulos que el padre es glorificado en el Hijo, cuando piden algo a Dios en nombre de Jesús.

Y todo lo que pidan en mi nombre, eso haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me piden alguna cosa en mi nombre, yo la haré”. (Juan 14, 13-14) RVA 2015.

Un episodio que recoge Juan en su evangelio es aquel en el que el discípulo Tomás, que ponía en duda que Jesús hubiera resucitado, se encuentra con Cristo resucitado e incluso puede meter su mano en sus heridas.

Conmovido y, a la vez arrepentido por su poca fe, Tomás proclama: “¡Señor mío y Dios mío! (Juan 20, 28) RVA 2015

Incrédulo Tomás. Bernardo Strozzi

Hechos de los apóstoles

En el libro de los Hechos de los Apóstoles se recoge el primer martirio cristiano de la historia. Nos referimos al asesinato de Esteban, el cual pago con la vida su fidelidad a Cristo.

Es importante prestar atención y tener en cuenta que, en el momento de su muerte, Esteban encomienda su alma a Jesús:

Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba diciendo: — ¡Señor Jesús, recibe mi espíritu!” (Hechos de los apóstoles 7, 59) RVA 2015.

Martirio de San Esteban. Paolo Uccello

¿Qué mayor muestra de adoración que dirigirse en su último instante de vida a Jesús, para poner en sus manos su alma?

En el capítulo 16 del libro de los Hechos de los Apóstoles nos topamos con un episodio muy ilustrador de lo importante que es creer en Jesús.

En dicho capítulo se nos narra la conversión al cristianismo de un carcelero pagano que estaba encargado de vigilar al apóstol Pablo y a su acompañante Silas.

La misma noche en que fueron encarcelados se produce un terremoto que derriba los muros de la prisión.

Los presos huyen. Sólo Silas y Pablo permanecen en los calabozos.

El carcelero, al ver que se han escapado los reclusos, sabe que lo van a castigar duramente y, presa del pánico, decide quitarse la vida, pero Pablo se lo impide.

El guardián, temblando le pregunta a Pablo “¿Qué debo hacer para salvarme?” a lo que el apóstol de Tarso contesta:

Cree en el Señor Jesús y serás salvo, tú y tu casa”. (Hechos 16, 31) RVA 2015

Es curioso que Pablo no le dice “¡Cree en Dios!”, sino que le dice ¡Cree en Jesús y serás salvo!

Puede ser que ese carcelero ya creyera en algún tipo de divinidad griega.

Pablo le indica concretamente que debe poner toda su esperanza en Jesús para salvarse.

Sigue la narración de los acontecimientos con el siguiente resultado: “Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. En aquella hora de la noche, los tomó consigo y les lavó las heridas de los azotes. Y él fue bautizado en seguida, con todos los suyos. Les hizo entrar en su casa, les puso la mesa y se regocijó de que con toda su casa había creído en Dios”. (Hechos de los apóstoles 16, 29-34) RVA 2015.

El carcelero cree en Jesús y después de convertirse se alegra de haber creído en Dios. Es decir, la Biblia nos está diciendo aquí que creer en Jesús es igual que creer en Dios.

 

Epístolas de Pablo

 

Romanos

En el primer capítulo de la Carta a los Romanos, Pablo les comunica a sus hermanos de fe que el da gracias a Dios por medio de Jesucristo: “Primeramente, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo con respecto a todos ustedes, porque su fe es proclamada en todo el mundo”. (Romanos 1, 8).

 

1 Corintios

A la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús y llamados a ser santos, con todos los que en todo lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro: Gracia a ustedes y paz, de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”. (1 Corintios 1, 2-3) RVA 2015

Pablo, un judío piadosísimo, de la secta de los fariseos, los más fanáticos, nos está diciendo que hay que invocar el nombre de Jesús para salvarse.

En ningún lugar de la Biblia se nos dice que haya que invocar el nombre de nadie que no sea Dios.

Nunca veremos a un judío invocar a nadie más. Ni siquiera a sus más queridos y respetados patriarcas.

Ni Abraham, Jacob, Moisés o el rey David - las figuras más importantes en la historia del pueblo judío- deben ser mencionadas, invocadas o adoradas.

Pero Jesús sí, porque él es Dios.

 

En el capítulo 10 de la misma epístola, Pablo les indica a los fieles de la comunidad corintia que Jesús ya existía en los tiempos de Moisés: “No quiero que ignoren, hermanos, que todos nuestros padres estuvieron bajo la nube, y que todos atravesaron el mar. Todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar. Todos comieron la misma comida espiritual. Todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de la roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo”. (1 Corintios 10, 1-4) RVA 2015.

 

 

Filipenses

En la Carta a los Filipenses, Pablo nos anima a arrodillarnos ante Jesús:

Por lo cual, también Dios

lo exaltó hasta lo sumo

y le otorgó el nombre

que es sobre todo nombre;

para que en el nombre de Jesús

se doble toda rodilla

de los que están en los cielos,

en la tierra y debajo de la tierra;

y toda lengua confiese

para gloria de Dios Padre

que Jesucristo es Señor”.

(Filipenses 2, 9-11) RVA 2015.

 

Colosenses

En esta misiva, Pablo exhorta a dar gracias al Padre por medio de Cristo:

Y todo lo que hagan, sea de palabra o de hecho, háganlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él”. (Colosenses 3, 17) RVA 2015.

 

 1 Timoteo

En esta epístola Pablo nos recuerda que sólo hay un mediador entre Dios y los hombres, y ese es Jesús: “Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Timoteo 2, 5) RVA 2015.

Por eso podemos dirigirnos a él en la oración, para solicitarle que interceda por nosotros ante Dios.

 

Hebreos

En esta carta leemos que el mismo Padre ordena a sus ángeles que adoren al Hijo: “Otra vez, al introducir al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios” (Hebreos 1, 6) RVA 2015.

 

En el capítulo 13, Pablo proclama la gloria eterna para Cristo:

 Y el Dios de paz, que por la sangre del pacto eterno levantó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas, los haga aptos en todo lo bueno para hacer su voluntad, haciendo él en nosotros lo que es agradable delante de él por medio de Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén”. (Hebreos 13, 20-21) RVA 2015

 

2 Pedro:

En la segunda epístola a Pedro, el apóstol Pablo también pide la gloria a Cristo para todos los tiempos:

Más bien, crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén”. (2 Pedro 3, 18) RVA 2015.

 

Apocalipsis

En siete ocasiones se menciona la adoración a Cristo a lo largo del libro del Apocalipsis:

Cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos”. (Apocalipsis 5, 8) RVA 2015.

 

Los ángeles entonan un cántico nuevo a Jesús. Es decir lo adoran. Primer himno:

Ellos entonaban un cántico nuevo, diciendo: “¡Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos! Porque tú fuiste inmolado y con tu sangre has redimido para Dios gente de toda raza, lengua, pueblo y nación. Tú los has constituido en un reino y sacerdotes para nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra”. (Apocalipsis 5, 9-10) RVA 2015.

 

Miríadas de ángeles cantan a gran voz a Jesús. Segundo himno:

Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono y de los seres vivientes y de los ancianos. El número de ellos era miríadas de miríadas y millares de millares.

Y decían a gran voz: “Digno es el Cordero, que fue inmolado, de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. (Apocalipsis 5, 11- 12) RVA 2015.

 

Todos los seres en el cielo y en la Tierra adoran a Jesús eternamente. Tercer himno:

- “Y oí a toda criatura que está en el cielo y sobre la tierra y debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, diciendo: “Al que está sentado en el trono y al Cordero sean la bendición y la honra y la gloria y el poder por los siglos de los siglos”. (Apocalipsis 5, 13) RVA 2015.

- “Los cuatro seres vivientes decían: “¡Amén!”. Y los veinticuatro ancianos se postraron y adoraron”. (Apocalipsis 5, 14) RVA 2015

 

Jesús es Señor de señores y Rey de reyes:

Ellos harán guerra contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes, y los que están con él son llamados y elegidos y fieles”. (Apocalipsis 17, 14) RVA 2015.

Como vemos, numerosos son los pasajes bíblicos donde Jesús recibe adoración.

También leemos en otros versículos como se nos insta a adorar a Jesús.

Veamos ahora qué consecuencias tiene para el creyente dirigirse a Jesús en sus oraciones y poner en él toda esperanza de salvación.

 

4. ¿Qué supone aceptar a Jesús como nuestro salvador?

A la pregunta de si podemos y debemos dirigirnos a Jesús en nuestras oraciones contestamos con un sí rotundo.

Podemos y debemos dirigirnos a Jesús en nuestras oraciones porque:

a) Él es el único mediador entre Dios y los hombres:

Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (Timoteo 2, 5) RVA 2015

b) Él es el salvador

- “Ella dará a luz un hijo; y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1,21) RVA 2015

- “Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo sino para que el mundo sea salvo por él”. (Juan 3, 17) RVA 2015.

- “Yo soy la puerta. Si alguien entra por mí será salvo; entrará, saldrá y hallará pastos”. (Juan 10, 9) RVA 2015.

c) A través de su sacrificio se nos ha perdonado todos los pecados y nos hemos reconciliado con Dios:

- “Y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos libró de nuestros pecados con su sangre” (Apocalipsis 1, 5) RVA 2015.

d) Todo lo que pidamos a Dios en nombre de Jesús se nos concederá:

Y todo lo que pidan en mi nombre, eso haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me piden alguna cosa en mi nombre, yo la haré”. (Juan 14, 13-14) RVA 2015.

 

Si aceptas a Jesús como tu salvador, automáticamente obtienes:

a) el perdón de los pecados que nos separan de Dios

b) la puerta de acceso a Dios

c) la vida eterna, el cielo, el Reino de Dios

d) la verdad

e) todo

Todas estas recompensas están unidas a Jesús.

Es una ganancia tan grande encontrar a Jesús, que podemos decir con toda seguridad: Quien tiene a Jesús lo tiene todo, y quién no conoce a Jesús no tiene nada, absolutamente nada.

 

Sí que, hermanos, desde aquí os animo a poner vuestra vida y toda vuestra confianza en manos de Jesús.

Podemos manifestarle a Dios nuestra disposición a aceptar a su Hijo para que cambie y guie nuestras vidas con la siguiente oración:

Jesús, tú que eres la luz del mundo, el pan de vida, el agua viva que sacia la sed de nuestras almas, el sumo sacerdote que intercede por nosotros ante el Padre, el buen Pastor que da su vida por sus ovejas, el Cordero perfecto de Dios, el camino, la verdad y la vida y la imagen del Dios invisible, en dos palabras: nuestro creador y salvador, te damos las gracias ahora y siempre por limpiar nuestros pecados con tu sangre derramada en la cruz y reconciliarnos, de esta manera, con Dios.

Nos arrepentimos de todos los pecados que hemos cometido. Reconocemos, aceptamos y proclamamos que sólo tú eres nuestro salvador y, desde este momento, nos ponemos en tus manos para que dirijas nuestra vida. Amén

  

5. Conclusión

Jesús es Dios y merece toda gloria y adoración.

El es nuestro salvador, el camino al padre y el único mediador entre Dios y nosotros.

Si aceptamos a Jesús lo tenemos todo y si lo rechazamos no tenemos nada.

¡Sigamos el ejemplo del carcelero de Pablo y de Silas, arrepintámonos de nuestros pecados y sigamos a Jesús, porque como le dijo el apóstol de Tarso si crees en Él te salvarás!

martes, 12 de enero de 2021

¿Se puede rezar a los ángeles?

1. ¿Qué son los ángeles?

      A. Introducción

      B. Etimología

      C. Apariencia de los ángeles

      D. Funciones y tareas de los ángeles

 

2. ¿Qué dice la iglesia católica sobre los ángeles?

 

3. ¿Se debe rezar a los ángeles?

 

4. ¿Cuándo cometemos idolatría?

 

5. ¿Cómo debemos observar los cristianos a los ángeles?

 

1. ¿Qué son los ángeles?

 

A. Introducción

Todos hemos visto en alguna película o serie cómo a alguien que está a punto de hacer algo, le asalta la duda moral y no sabe si hacer el bien o el mal.

Aparecen entonces dos figuritas minúsculas que le indican lo que debe de hacer. Uno de los personajes es un diablillo que le anima a portarse mal, y el otro es un angelito que le mueve a hacer lo correcto.

El ángel que vemos en estas y otras situaciones es caracterizado siempre de la misma manera: pelo rubio, alas y una túnica blanca o azul.

La imagen que tenemos de los ángeles en la cultura popular es la de un ser bondadoso, algo ingenuo y amable.

A veces los ángeles son representados también por niños pequeños regordetes, casi bebes, con caritas mofletudas.

Angelote de Andrea Mantegna en el palacio ducal de Mantua

Sea como fuere esta es una representación que se ha creado el hombre y que no se ajusta a lo que nos dice la Biblia.

Los ángeles no son la voz de nuestra conciencia y en ningún momento nos indican cómo debemos comportarnos ante un dilema.

Como veremos más adelante, los ángeles que aparecen en la Biblia tienen otro tipo de tareas y a veces pueden llevar a cabo misiones que nos pueden resultar terribles.

Otro concepto erróneo que tienen algunos de los ángeles es que éstos son seres humanos que han fallecido.

En películas y dibujos animados se ve a menudo cómo a alguien que acaba de morir le salen unas alitas en la espalda y un halo en la cabeza y ascienden a los cielos.

Los ángeles no son personas que tras perecer se convierten en estos seres espirituales.

Los ángeles son espíritus creados por Dios antes de que existiéramos los hombres, y que tienen por objeto servir a Dios en todo momento.

 

B. Etimología

La palabra ángel proviene del griego γγελος (ánguelos) que significa emisario o mensajero.

En elAntiguo Testamento se refieren a los ángeles con la palabra מלאך (mal'aj), con el mismo significado de mensajero o enviado.

 

C. Apariencia de los ángeles

Ya hemos mencionado al comienzo de este artículo lo erróneo que es el concepto que existe en el imaginario popular sobre los ángeles.

Los ángeles son espíritus creados por Dios mucho antes de la aparición de los hombres y como entes espirituales que son, no tienen un cuerpo físico.

En la Biblia podemos leer que los ángeles tienen diferentes apariencias:

1. En algunos casos pueden tener la forma de un ser humano normal, como aquellos ángeles que fueron a visitar a Abraham en el encinar de Mamre.

Estos ángeles se comportan como seres humanos normales, y se sirven del agua que Abraham les ofrece para lavarse los pies; también se recuestan a la sombra de un árbol a descansar y comen lo que su anfitrión les da: pan, carne de ternero, requesón y leche (Génesis 18).

Al día siguiente, estos mismos ángeles visitan a Lot y comen panes sin levadura que éste les sirve.

2. Los ángeles pueden volar. Algunos de ellos, concretamente los querubines y los serafines, tienen tres pares de alas. De ahí que ya desde la Antigüedad se los representara con alas en la espalda.

3. En muchas de las ocasiones en que los ángeles se aparecen ante los humanos estos reaccionan llenos de pavor, lo que nos indica que pueden tener también una apariencia imponente y sobrecogedora.

a) Daniel se queda sobrecogido la primera vez que ve al ángel Gabriel.

b) Cuando el ángel del Señor se le aparece a Zacarías para anunciarle que su esposa Elisabet va a ser madre (del futuro Juan el Bautista), Zacarías se asusta y el ángel tiene que tranquilizarle. (Lucas 1, 13)

c) Igual que Zacarías, María también se inquieta cuando ve al ángel Gabriel (Lucas 1, 28-30).

d) Los pastores de Belén también se espantan cuando un ángel del Señor les anuncia que ha nacido el Salvador. (Lucas 2, 9 y 10)

Angelo Bronzino. La adoración de los pastores

e) Los guardias apostados en el sepulcro de Jesús para evitar que sus discípulos robaran el cuerpo se quedan petrificados por el miedo cuando aparece el ángel del Señor:

Y he aquí, hubo un gran terremoto; porque el ángel del Señor descendió del cielo, y al llegar removió la piedra y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestidura era blanca como la nieve. Los guardias temblaron por miedo de él y quedaron como muertos”. (Mateo 28, 2-4).

f) También María Magdalena y su amiga María se quedan atemorizadas cuando ven al ángel en la madrugada del domingo de Resurrección (Mateo 28, 1-8) y (Marcos 16, 1-8).

g) La impresión que causa la visión de un ángel hace que tanto Abraham y su sobrino Lot, como Josué y Daniel en el Antiguo Testamento, así como el apóstol Juan en el libro del Apocalipsis del Nuevo Testamento se sientan movidos a arrodillarse y reverenciarlos:

- “Alzó sus ojos y miró, y he aquí tres hombres que estaban de pie frente a él. Y al verlos, corrió desde la entrada de la tienda para recibirlos, y se postró a tierra”. (Génesis 18, 2). RVA 2015

- “Los dos ángeles llegaron a Sodoma al anochecer. Lot estaba sentado junto a la puerta de Sodoma, y al verlos se levantó Lot para recibirlos postrándose a tierra”. (Génesis 19, 1) RVA 2015.

- “Entonces Josué, postrándose en tierra sobre su rostro lo adoró” (Josué 5, 14) RVA 2015.

- “Luego vino cerca de donde yo estaba. Y cuando llegó, me atemoricé y me postré sobre mi rostro”. (Daniel 8, 17) RVA 2015.

- “Yo me postré ante sus pies para adorarle, pero él me dijo: “¡Mira, no lo hagas! Yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús. ¡Adora a Dios! Pues el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”. (Apocalipsis 19, 10)

Algo que el ángel rechaza, pues como él mismo le indica a Juan sólo Dios debe ser adorado.

4. En varios pasajes bíblicos, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento se describe a los ángeles como seres imponentes, con aspecto de ser de otro mundo.

Suele destacar la blancura refulgente de sus vestidos, cuerpo como un relámpago, ojos de fuego y voz estentórea: "Entonces alcé mis ojos y miré, y he aquí un hombre vestido de lino, cuyos lomos estaban ceñidos con oro de Ufaz. Su cuerpo era como crisólito y su rostro como el aspecto del relámpago. Sus ojos eran como antorchas de fuego, y sus brazos y sus piernas como bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud”.  (Daniel 10, 5-6) RVA 2015.

El ángel que anuncia la resurrección de Jesús a las mujeres tiene un aspecto estremecedor también: “Su aspecto era como un relámpago, y su vestidura era blanca como la nieve”. (Mateo 28,3) RVA 2015.

5. En todos los casos, tanto si su apariencia es humana como si es de otro mundo, los ángeles aparecen mencionados como varones, nunca como mujeres o asexuados.

 

D. Funciones y tareas de los ángeles

1. Ya hemos mencionado que tanto la denominación griega γγελος (ánguelos) como la hebrea מלאך (mal'aj) significan mensajero.

La comunicación de mensajes divinos es la primera y principal tarea de estos seres. La mayoría de veces que se hace mención a los ángeles en la Biblia, aparecen anunciando mensajes de Dios.

A veces se presentan en persona para trasmitir la información y a veces aparecen en sueños y visiones.

2. Los ángeles también adoran a Dios permanentemente: “Por esto están delante del trono de Dios y le rinden culto de día y de noche en su templo. El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos”. (Apocalipsis 7, 15)

3. Los ángeles pueden ser protectores de los justos.

4. Pero en numerosas ocasiones la misión de los ángeles es más estremecedora, pues el Señor los utiliza para castigar a aquellos que transgreden sus mandamientos.

a) Los ángeles visitan a Lot para comunicarle que el juicio de Dios está a punto de caer sobre Sodoma y Gomorra (Génesis 19).

b) Después de haber padecido nueve plagas, el faraón seguía sin dejar que los judíos abandonaran Egipto y marcharan con Moisés hacia la Tierra Prometida. Es entonces cuando se cierne sobre los egipcios la décima y última de las plagas: la muerte de todos los primogénitos.

Moisés informa a su pueblo de que deben pintar con un hisopo empapado en sangre de un cordero pascual los postes y el dintel de sus puertas para que el ángel destructor pase de largo:

Porque el Señor pasará matando a los egipcios, y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará de largo aquella puerta y no dejará entrar en sus casas al destructor para matar”. Éxodo 12, 23. RVA 2015

c)  Entonces el Señor abrió los ojos a Balaam, y él vio al ángel del Señor de pie en el camino, con su espada desenvainada en su mano. Balaam se inclinó y se postró sobre su rostro” (Números 22, 31) RVA 2015.

d) Dios envía a un ángel para castigar Israel por la falta que había cometido su rey David, el cual había llevado a cabo un censo entre su pueblo para ver de cuántos hombres podía disponer como soldados: "Cuando el ángel extendía su mano hacia Jerusalén para destruirla, el Señor cambió de parecer acerca de aquel mal. Y dijo al ángel que destruía al pueblo: —¡Basta ya! ¡Detén tu mano! El ángel del Señor estaba junto a la era de Arauna el jebuseo" (2 Samuel 24, 16).

e) Senaquerib, rey de Asiria atacó Jerusalén en tiempos del rey Ezequías. Sus hombres perecieron a manos del ángel del Señor “Aconteció que aquella misma noche salió el ángel del Señor e hirió a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios. Se levantaron por la mañana, y he aquí que todos ellos eran cadáveres”. (2 Reyes 19, 35) RVA

f) De nuevo aparece mencionado el castigo que iba a padecer Jerusalén como consecuencia del censo que ordenó realizar en Israel el rey David, en el primer libro de Crónicas, capítulo 21, versículos 15-16: “Dios envió un ángel a Jerusalén para destruirla. Pero cuando iba a destruirla, el Señor miró y cambió de parecer acerca de aquel mal. Y dijo al ángel que destruía: — ¡Basta ya! ¡Detén tu mano! El ángel del Señor estaba junto a la era de Ornán el jebuseo. Entonces David alzó sus ojos y vio al ángel del Señor que estaba entre el cielo y la tierra, con una espada desenvainada en su mano, extendida sobre Jerusalén. David y los ancianos se postraron sobre sus rostros, cubiertos de cilicio”. (1 Crónicas 21,15-16) RVA 2015.

g) Ya en el Nuevo Testamento, concretamente en el evangelio de Mateo, Jesús anuncia que los ángeles eliminaran a los malvados en el fin del mundo: “Así será el fin del mundo: Saldrán los ángeles y apartarán a los malos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego. Allí habrá llanto y crujir de dientes”. (Mateo 13, 49-50). RVA 2015.

h) los Hechos de los Apóstoles, aparece un ángel que aniquila al rey Herodes Agripa I, el cual se presenta en un teatro magníficamente vestido y es aclamado como un dios. Herodes Agripa I se deja querer y permite que sus súbditos lo ensalcen como si de verdad se tratara de una divinidad, motivo por el cual es castigado “En un día señalado, Herodes, vestido de sus vestiduras reales, se sentó en el tribunal y les arengaba. Y el pueblo aclamaba diciendo: “¡Voz de un dios y no de un hombre!”. De repente le hirió un ángel del Señor, por cuanto no dio la gloria a Dios. Y murió comido de gusanos”. (Hechos 12, 21-23)  RVA 2015.

i) En la Carta a los Hebreos, capítulo 11, versículo 28 se menciona que fue (un ángel) destructor el que llevó a cabo la matanza de los primogénitos egipcios: “Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre para que el que destruía a los primogénitos no los tocase a ellos”. Hebreos 11, 28. RVA 2015

j) Los ángeles son los encargados de llevar a cabo la destrucción del mundo en los últimos días: “Y vi que otro ángel, subiendo del oriente, tenía el sello del Dios vivo. Y llamó a gran voz a los cuatro ángeles a quienes les fue dado hacer daño a la tierra y al mar, diciendo: “¡No le hagan daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que marquemos con un sello la frente de los siervos de nuestro Dios!”. (Apocalipsis 7, 2-3). RVA 2015.

 

2. ¿Qué dice la iglesia católica sobre los ángeles?

En el catecismo de la iglesia católica podemos leer lo siguiente: “La Iglesia venera a los ángeles que la ayudan en su peregrinar terrestre y protegen a todo ser humano” (la profesión de la fe, segunda sección, capítulo primero, artículo 1, Párrafo 5, parágrafo 352).

O también que “no se opone al culto debido únicamente a Dios la veneración e invocación de los ángeles”.

Siguiendo en esta línea nos encontramos que efectivamente existen toda una serie de oraciones y devociones a los ángeles, sobre todo para obtener su protección.

Se rezan letanías, rosarios, jaculatorias, novenas y rogativas en las que se invocan a los diferentes ángeles y se les ruega protección.

Existen plegarias dirigidas a los llamados Ángeles Custodios, a los Arcángeles y al Ángel de la Guarda.

La oración más extendida entre los católicos para solicitar la ayuda de los ángeles es la conocida como Ángel de Dios, que dice lo siguiente:

Ángel de Dios,

que eres mi protector,

a mí que te he sido confiado

por la Piedad de Dios,

ilumíname, protégeme, guíame y condúceme”.

Ya desde niño se enseña a los católicos a confiarse al Ángel de la Guarda de la siguiente manera:

Ángel de mi guarda,

dulce compañía,

no me dejes solo ni de noche ni de día,

no me dejes sólo que me perdería”.

En el libro de la Liturgia de la Horas (concretamente el día 2 de octubre que es el que más se ocupa de la veneración de los ángeles) podemos leer enunciados como los que siguen:

- "A sus ángeles ha mandado Dios para que te guarden en tus caminos. ¡Cuánta reverencia debe inspirarte esta palabra, cuánta devoción, cuánta confianza!

- “Estas palabras deben inspirarte una gran reverencia, deben infundirte una gran devoción y conferirte una gran confianza. Reverencia por la presencia de los ángeles, devoción por su benevolencia, confianza por su custodia”.

- “Seamos, pues, devotos y agradecidos a unos guardianes tan eximios; correspondamos a su amor, honrémoslos cuanto podamos y según debemos

- En el Himno “Cantemos hoy a los ángeles” se hace a los ángeles objeto de venerción con las siguientes palabras:

Cantemos hoy a los ángeles, custodios nuestros y hermanos, que velan por los humanos y van de su bien en pos”.

- Otro himno presente también en el libro de la Liturgia de las Horas es el himno “Ángeles de la gloria y del servicio”.

Los evangélicos afean a sus hermanos católicos que cometan idolatría por venerar a los ángeles.

A menudo se aduce el versículo 18 del segundo capítulo de la carta a los colosenses, donde Pablo reprocha a algunos fieles el culto que profesan a los ángeles.

Los católicos se defienden alegando que, lo que el apóstol de Tarso realmente atacaba, era una devoción exagerada hacia los ángeles que habrían inculcado ciertas corrientes de carácter gnóstico.

La verdad es que, tanto si es desmedida o no la piedad y la veneración hacia los ángeles, toda adoración a cualquier criatura humana o espiritual es cometer idolatría y, por lo tanto, una ofensa a Dios, el único merecedor de gloria.

 

3. ¿Se debe rezar a los ángeles?

Una pregunta que nos podemos y aún debemos hacer los cristianos es la de si es bíblico orar a los ángeles.

¿Está escrito en algún lugar de la Biblia que debamos rezar a los ángeles?, ¿aparece quizá mencionado en algún versículo concreto de las Escrituras que no debemos, bajo ningún concepto, dirigirnos a los ángeles?

No encontraremos ninguna frase en la Biblia donde se nos anime a venerar a los ángeles, ni a ningún otro ser que no sea Dios.

Lo cierto también es que no hay ningún pasaje donde expresamente se nos prohíba o desaconseje rezar a los ángeles, pero a lo largo de las Sagradas Escrituras, desde el primer al último libro se menciona una y otra vez que sólo debemos adorar a Dios. Dios no comparte la gloria sólo a Él debida.

Todo lo que no sea dirigir nuestras oraciones a Dios es idolatría y, por lo tanto, pecado.

Los ángeles son seres espirituales creados por Dios para servirle y no deben ser objeto, como nada en la Creación, de adoración.

Dos pasajes hay en el Libro del Apocalipsis donde los ángeles rechazaron ser objeto de adoración por parte del apóstol Juan:

a) El primer pasaje lo tenemos en el capítulo 19, versículo 10: “Yo me postré ante sus pies para adorarle, pero él me dijo: “¡Mira, no lo hagas! Yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús. ¡Adora a Dios! Pues el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía (Apocalipsis 19, 10) RVA 2015.

b) El segundo pasaje lo encontramos un poco más adelante, concretamente en el capítulo 22, versículos 8 y 9: “Yo, Juan, soy el que he oído y visto estas cosas. Cuando las oí y las vi, me postré para adorar ante los pies del ángel que me las mostraba. Y él me dijo: “¡Mira, no lo hagas! Pues yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos los profetas y de los que guardan las palabras de este libro. ¡Adora a Dios!”. (Apocalipsis 22, 8 y 9) RVA 2015.

Y con esas últimas palabras del ángel deberíamos quedarnos todos los cristianos: ¡Adora a Dios!

 

4. ¿Cuándo cometemos idolatría?

Podemos ver imágenes de ángeles por todas partes: en cuadros, estampitas, accesorios de joyería o bisutería, todo tipo de figuritas, etc.

La Biblia nos advierte permanentemente que no debemos hacernos imágenes porque el ser humano tiende a adorarlas por naturaleza y eso es un grave pecado ante Dios.

Los propios judíos, el pueblo elegido por Dios, en su larga travesía por el desierto tras abandonar la esclavitud de Egipto, se hicieron un becerro de oro ante el que se arrodillaban para idolatrarlo.

Aquello fue una afrenta terrible ante Dios.

En las Escrituras se nos avisa que las imágenes acaban conduciendo inevitablemente a la adoración de las mismas.

Es por eso que nunca debemos postrarnos ante ellas, besarlas, rezarles, atribuirles algún tipo de poder o capacidad de protección. Hacer eso es cometer idolatría.

¿En qué otras ocasiones se comete idolatría?

El cristiano puede estar cometiendo el gravísimo pecado de la idolatría sin saberlo.

Muchas veces, con la mejor voluntad del mundo y de forma piadosa, el fiel cristiano adora imágenes de santos, vírgenes o ángeles, creyendo alabar así a Dios.

Pero lo que realmente está haciendo es justamente todo lo contrario: desviar la gloria que solo el Altísimo merece para enaltecer unos ídolos.

 Se está cometiendo idolatría en cualquiera de estas situaciones:

- Cuando tomamos parte en procesiones donde se muestran imágenes, tallas, figuras, cuadros, bustos, etc. de ángeles.

- Cuando participa en romería donde se muestran imágenes, tallas, figuras, cuadros, bustos, etc. de ángeles.

- Cuando se desplaza a alguna ermita, capilla, iglesia, catedral, santuario, etc. en peregrinación, para solicitar la intercesión, ayuda o protección de un ángel.

- Cuando depositan flores, velas, cirios, incienso delante de cualquier imagen de un ángel.

- Cuando ofrece dinero para el mantenimiento del culto, o la capilla, iglesia, etc. de un ángel.

- Cuando se ofrecen misas con motivo de la festividad de cualquier ángel.

- Cuando se depositan exvotos o cualquier otro tipo de objetos delante de imágenes de ángeles a modo de agradecimiento por algún favor o intercesión.

- Cuando se frotan o besan estampitas con la imagen de ángeles.

- Cuando se colocan estatuillas o cuadros de ángeles en los hogares, oficinas, etc.

- Cuando nos colgamos del cuello o las muñecas medallitas o imágenes de ángeles.

- Cuando usamos otro tipo de joyas y accesorios como pulseras o pendientes con imágenes de ángeles.

- Cuando nos arrodillamos ante cualquier imagen.

- Por supuesto cuando se reza a ángeles (oración “Ángel de Dios”) o se entonan himnos o canciones dedicados a la memoria de dichos ángeles (himnos “Cantemos hoy a los ángeles” y “Ángeles de la gloria y del servicio”).

Entre algunos católicos está muy extendida la costumbre de rezar la llamada “Coronilla de San Miguel Arcángel”, también conocida como “Rosario de los Ángeles”.

Coronilla de San Miguel

Esta coronilla es un rosario con cuentas separadas en grupos de tres y que se reza para solicitar la intercesión de cada uno de los nueve coros de ángeles.

Se acompañan cada una de las invocaciones a los ángeles con el rezo de un Padre Nuestro y tres Avemarías.

 

5. ¿Cómo debemos observar los cristianos a los ángeles?

Los ángeles, al igual que nosotros los humamos, son seres creados por Dios.

En el caso de los ángeles se trata de entes espirituales creados antes que nosotros y cuya finalidad es la de servir y adorar a Dios permanentemente.

Los ángeles, como cualquier otro ser u objeto de la Creación, no deben ser nunca objeto de veneración, pues la Biblia nos señala en numerosas ocasiones que sólo Dios debe ser adorado.

En dos capítulos del libro del Apocalipsis se nos relata cómo los propios ángeles rechazan ser reverenciados por el apóstol Juan: a) Versículo 10 del capítulo 19: “Yo me postré ante sus pies para adorarle, pero él me dijo: “¡Mira, no lo hagas! Yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús. ¡Adora a Dios! Pues el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía” (Apocalipsis 19, 10) RVA 2015.

b) Versículos 8 y 9 del capítulo 22: versículos 8 y 9: “Yo, Juan, soy el que he oído y visto estas cosas. Cuando las oí y las vi, me postré para adorar ante los pies del ángel que me las mostraba. Y él me dijo: “¡Mira, no lo hagas! Pues yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos los profetas y de los que guardan las palabras de este libro. ¡Adora a Dios!”. (Apocalipsis 22, 8 y 9) RVA 2015.

Los cristianos podemos y aún debemos aprender de los ángeles a obedecer en todo momento a Dios y estar prestos a cumplir con su voluntad.

En este sentido nos pueden servir de ejemplo, pero nunca de objeto de veneración.

Junto a los ángeles, ¡alabemos y adoremos a Dios!