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domingo, 17 de mayo de 2020

¿Quién fue Salomé?

1. Introducción

2. ¿Qué sabemos de la hija de Herodías?
A. ¿Se llamaba realmente Salomé la hija de Herodías?
B. Familia
C. Matrimonios de Salome
D. Salomé reina de la Armenia Inferior

3. ¿Qué sabemos de la leyenda de Salomé?
A. La historia de Salomé y Juan Bautista en los Evangelios
Comparación detalla de ambos relatos
B. Salomé, ¿Chiquilla o femme fatale?
C. La muerte de Juan el bautista según Flavio Josefo
D. ¿De dónde viene la leyenda de la bailarina Salomé?
        1. Tito Livio
                a) Versión de Marco Porcio Catón
                b) Versión de Valerio Antas
        2. Séneca Mayor
        3. Cicerón
        4. Plutarco
        5. Resumen
        6. Conclusiones sobre las cinco diferentes versiones

4. La historia de la muerte de Salomé

5. La figura de Salomé en el arte
 Literatura
 Pintura
 Escultura
 Música
 Cine

6. Otras mujeres con el nombre Salomé en los Evangelios
 A. Salomé, discípula de Jesús
 B. Salomé, la hermana de Jesús
 C. Salomé, testigo del nacimiento de Jesús


1. Introducción

Todos conocemos la historia de la muchachita que bailó delante de Herodes en una fiesta decadente organizada por él.
Al parecer la chiquilla danzó con tanto arte que Herodes, que debía de encontrarse algo afectado por el excesivo consumo de vino, entusiasmado, le juró a la artista que le daría todo aquello que esta le pidiera, aunque se tratara de la mitad de su reino.
La joven, abrumada por el éxito y la generosidad del Tetrarca, no supo que contestar, así que decidió consultarlo con su madre, Herodías, la cual, sin dudarlo un instante le animó a que solicitara la cabeza de Juan el Bautista, que, a la sazón, se encontraba prisionero en las mazmorras del mismo Tetrarca.
¿Por qué se encontraba el Bautista cautivo de Herodes y por qué deseaba Herodías con tanto ahínco su muerte?
La respuesta nos la dan Mateo y Marcos, los únicos dos evangelistas que nos narran esta historia.

Según ellos, Herodías había roto su matrimonio con Herodes Filipos Boethos para casarse con el medio hermano de éste, Herodes Antipas.
Juan Bautista dedicaba con frecuencia furibundos ataques contra Antipas y Herodias por su inmoralidad, lo cual exasperaba a la pareja.
Si bien es cierto que Antipas le tenía cierto respeto al Bautista, pues muchos del pueblo lo consideraban un profeta, y no quería soliviantar a las masas asesinando a su guía espiritual, al parecer su mujer Herodías no tenía tantos escrúpulos y no se le cayeron los anillos a la hora de pedir la cabeza de tan molesto personaje.
Aprovechando que Herodes había le hecho un juramento en público a la grácil bailarina y, por lo tanto, ya no podía echar marcha atrás, Herodías instó a su hija a pedirle al Tetrarca la cabeza de Juan Bautista, lo cual hizo Herodes con gran pesar.
Salomé con la cabeza del Bautista. Cuadro de Bartolomeo Veneto

Es curioso constatar que en ninguna parte de los Evangelios aparezca mencionado el nombre de la muchacha que con su arte tanto supo agradar a Herodes, sin embargo ésta ha pasado a conocerse con el nombre de Salomé.
¿Quién es esta jovenzuela y por qué ha acabado llamándose Salomé? Para responder a estas preguntas hemos elaborado este pequeño artículo que esperamos sea del agrado del lector.

2. ¿Qué sabemos de la hija de Herodías?

La mayoría de los expertos parece estar de acuerdo en situar la fecha del nacimiento de la hija de Herodías en el año 10 d.C.

A. ¿Se llamaba realmente Salomé la hija de Herodías?

Como acabamos de comentar, el nombre de Salomé no aparece mencionado en ningún Evangelio.
El primer escritor que utiliza ese nombre es Flavio Josefo, quien asegura en el libro XVIII de su obra Antigüedades Judías, que la hija de Herodías se llamaba Salomé.
Curiosamente no menciona en absoluto el episodio del baile de la muchacha durante la fiesta, ni que le solicitara al Tetrarca la cabeza del Bautista, instigada a ello por su pérfida madre.

Es curioso también que los primeros Padres de la Iglesia no le dieran un nombre concreto a la protagonista de la historia.
Unos la mencionan como “la hija de Herodías” y otros incluso la llaman igual que su madre Herodías.
Hacia principios del siglo V aparece de nuevo el nombre de Salomé y así pasará a conocerse la bailarina a partir de entonces. Esto se debe al monje y presbítero Isidoro de Pelusio, el cual en una carta de comienzos del siglo IV se refiere a la hija de Herodías con el nombre de Salomé.

El nombre de Salomé

Silke Petersen, en su ensayo “SalomeDie Tochter der Herodias tanzt und bekommt einen Namen, páginas 49-79 del libro Tanz und Religion: theologische Perspektiven editado por Marion Keuchen”, recalca que en tiempos de los padres de la Iglesia cuando se mencionaba el nombre de Salomé se hacía para referirse a tres mujeres principalmente:
a) En Marcos encontramos a una Salomé que fue tanto discípula de Jesús como testigo de la Pasión de Cristo.
b) Hay también en Marcos una hermana de Jesús con ese nombre.
c) En el protoevangelio de Santiago (o Jacobo), un evangelio apócrifo, cuando narra la infancia de Jesús nos encontramos con una mujer de nombre Salomé.

No es de extrañar encontrarnos tantas Salomés ni tantas Marías cuando leemos los Evangelios o cualquier otro documento judío de la época. Ambos nombres estaban muy extendidos en la Antigüedad.
En un estudio sobre los nombres judíos de mujer en Palestina de los años 330 a.C. al 200 d.C. (Ilan, Tal: 1989 “Notes on the Distribution of Women’s Names in Palestine in the Second Temple and Mishnaic Period,” Journal of Jewish Studies 40 (1989) 186-200) tenemos que en 247 mujeres hay 68 nombres diferentes:
a) 61 mujeres de esa 247 se llamaban Salomé.
b) 58 mujeres de las 247 se llamaban María.

Esto significa que prácticamente la mitad de las mujeres se llamaban o bien María o bien 
Salomé.

B. Familia

El trasfondo familiar de Salomé (Salomé III) es tremendamente complejo, como el de cualquier otro miembro de la dinastía herodiana.

Por parte de padre Salomé era hija de Herodes Filipo Boethos (Herodes sin tierra), hijo de Herodes I el Grande y su séptima mujer, Mariamne II. O sea, que era nieta de Herodes el Grande.

Por parte de madre también descendía Salomé de Herodes el grande, en este caso era su bisnieta.
Su madre era Herodías, que a su vez era hija de Aristóbulo, el cual era fruto de la unión de Herodes el Grande con su segunda mujer, Mariamne I.

Su madre Herodías se casó en primeras nupcias con Herodes Filipos Boethos (o sea sin tierra). A este Herodes lo llamaban así porque en el Testamento que escribió Herodes el Grande, poco ante de morir en el año 4 a.C., reparte sus dominios entre tres hijos y una hija, pero a este Boethos no le deja absolutamente nada de herencia.

Es posible que Herodías, una arpía codiciosa, pensara que se había casado con un noble “de medio pelo”, que no tenía dominios que gobernar y decidiera buscarse un mejor partido: su cuñado Herodes Antipas (medio hermano de su marido Herodes Filipos Boethos).

Este Herodes Antipas, no tuvo empacho alguno en repudiar, a su vez, a su legítima esposa, la hija del rey nabateo Aretas IV Philopatris, para contraer nuevas nupcias con Herodías.
Es en este contexto histórico en el que los evangelistas introducen el relato del baile de Salomé y de la decapitación de Juan el Bautista.

Como ya se ha mencionado más arriba, el Bautista les recriminaba en público haber roto un lazo sagrado, como es el matrimonio, para mantener una relación escandalosa y pecaminosa. Y precisamente su celo moral fue su perdición.
Al mismo tiempo las cosas se le complican también a Herodes como consecuencia de la ruptura de su anterior matrimonio.

Al parecer al monarca nabateo Aretas no le pareció nada bien que su niña fuera despechada y decidió vengarse de la humillación que había sufrido su hija declarándole la guerra a Herodes Antipas y de paso también se cobraba viejas cuentas pendientes por un tema de fronteras en la región de Gamala (en los Altos del Golán).

Sabemos por Flavio Josefo que ambos ejércitos (el de Antipas y el de su exconsuegro Aretas) se enfrentaron, siendo el de Herodes el que se llevara la peor parte. Según nos cuenta el gran historiador judío, el pueblo achacaba la gran derrota sufrida en las filas del ejército de Herodes a la justicia divina, que no dejaba sin castigo la decapitación de uno de sus profetas. (Antigüedades Judías, Libro XVIII, párrafo 116)

C. Matrimonios de Salomé

Primer matrimonio

Salomé se casó en primeras nupcias con su tío Herodes Filipos II, Tetrarca de Iturea, Golán y Traconítida.
A la muerte de éste en el año 34 d. C., dado que no dejó descendencia, la tetrarquía de Herodes Filipo II pasó, por orden del emperador Tiberio, a formar parte de la provincia romana de Siria.

Segundo matrimonio

Viendo Salomé que de su primer matrimonio no sacaba nada, ni descendientes ni súbditos a los que gobernar, decide casarse con otro pariente de provecho: un primo suyo, Aristóbulo (ambos, Salomé y Aristóbulo tenían los mismos abuelos: Aristóbulo Asmoneo, hijo también de Herodes el grande, y Berenice. Es decir que la madre de Salomé, Herodías, y el padre de Aristóbulos, Herodes rey de Cálcis de Celesiria, eran hermanos)

Con Aristóbulo tuvo Salomé tres hijos:
- Herodes
- Agrippa 
- Aristóbulo
D. Salomé reina de la Armenia Inferior

A la muerte de Herodes rey de Cálcis de Celesiria en el año 48 d. C., su hijo Aristóbulo cuenta con heredar el dominio sobre ese pequeño reino situado en la montañas del actual Líbano, pero se queda con un palmo de narices, como se dice vulgarmente, cuando ve que el emperador romano Claudio decide entregarle dicho reino a su tío Agripa II.

Este inesperado revés se ve compensado unos años más tarde, cuando en el año 54 d.C. Nerón se convierte en emperador.
Ese mismo año Nerón nombra a Aristóbulo rey de la Armenia Inferior.
Salomé se convierte de esta manera en la reina de dicho reino.

Hasta nuestros días han llegado varias monedas con inscripciones con los nombres y la efigie de ambos monarcas de la Armenia Inferior.
- El hecho de que a partir del año 64 d.C. ya no aparece más la efigie de Salomé junto con su marido Aristóbulo en las monedas hace pensar a más de un experto que para esa fecha Salomé estaría probablemente muerta.

Aristóbulo y Salomé reyes de Armenia Inferior

3. ¿Qué sabemos de la leyenda de Salomé?

A. La historia de Salomé y Juan Bautista en los Evangelios

Como ya hemos dicho más arriba, esta historia no aparece en los cuatro Evangelios, sino que sólo la podemos leer en dos de ellos: en el de Mateo y en el de Marcos.
En ambos textos aparece la historia de Juan Bautista y Salomé como un recuerdo de la figura de Juan el Bautista.
Cuando las predicaciones y milagros de Jesús llegan a oídos de Herodes Antipas, éste piensa que quizá se trate de aquel Juan el Bautista, que él mandara decapitar, y que ha resucitado.
En este contexto se inserta la historia de la detención y posterior ejecución del Bautista, como un relato que tuvo lugar hace ya un tiempo.
- Veamos una comparación de ambas historias en paralelo:

               Mateo 14, 1-12
               Marcos 6, 14-29
1 En aquel tiempo Herodes el tetrarca oyó la fama de Jesús,

2 y dijo a sus criados: Este es Juan el Bautista; ha resucitado de los muertos, y por eso actúan en él estos poderes.

3 Porque Herodes había prendido a Juan, y le había encadenado y metido en la cárcel, por causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano;

4 porque Juan le decía: No te es lícito tenerla.

5 Y Herodes quería matarle, pero temía al pueblo; porque tenían a Juan por profeta.

6 Pero cuando se celebraba el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó en medio, y agradó a Herodes,

7 por lo cual éste le prometió con juramento darle todo lo que pidiese.

8 Ella, instruida primero por su madre, dijo: Dame aquí en un plato la cabeza de Juan el Bautista.

9 Entonces el rey se entristeció; pero a causa del juramento, y de los que estaban con él a la mesa, mandó que se la diesen,

10 y ordenó decapitar a Juan en la cárcel.

11 Y fue traída su cabeza en un plato, y dada a la muchacha; y ella la presentó a su madre.

12 Entonces llegaron sus discípulos, y tomaron el cuerpo y lo enterraron; y fueron y dieron las nuevas a Jesús.
14 Oyó el rey Herodes la fama de Jesús, porque su nombre se había hecho notorio; y dijo: Juan el Bautista ha resucitado de los muertos, y por eso actúan en él estos poderes.

15 Otros decían: Es Elías. Y otros decían: Es un profeta, o alguno de los profetas.

16 Al oír esto Herodes, dijo: Este es Juan, el que yo decapité, que ha resucitado de los muertos.

17 Porque el mismo Herodes había enviado y prendido a Juan, y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano; pues la había tomado por mujer.

18 Porque Juan decía a Herodes: No te es lícito tener la mujer de tu hermano.

19 Pero Herodías le acechaba, y deseaba matarle, y no podía;

20 porque Herodes temía a Juan, sabiendo que era varón justo y santo, y le guardaba a salvo; y oyéndole, se quedaba muy perplejo, pero le escuchaba de buena gana.

21 Pero venido un día oportuno, en que Herodes, en la fiesta de su cumpleaños, daba una cena a sus príncipes y tribunos y a los principales de Galilea,

22 entrando la hija de Herodías, danzó, y agradó a Herodes y a los que estaban con él a la mesa; y el rey dijo a la muchacha: Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré.

23 Y le juró: Todo lo que me pidas te daré, hasta la mitad de mi reino.

24 Saliendo ella, dijo a su madre: ¿Qué pediré? Y ella le dijo: La cabeza de Juan el Bautista.

25 Entonces ella entró prontamente al rey, y pidió diciendo: Quiero que ahora mismo me des en un plato la cabeza de Juan el Bautista.

26 Y el rey se entristeció mucho; pero a causa del juramento, y de los que estaban con él a la mesa, no quiso desecharla.

27 Y en seguida el rey, enviando a uno de la guardia, mandó que fuese traída la cabeza de Juan.

28 El guarda fue, le decapitó en la cárcel, y trajo su cabeza en un plato y la dio a la muchacha, y la muchacha la dio a su madre.

29 Cuando oyeron esto sus discípulos, vinieron y tomaron su cuerpo, y lo pusieron en un sepulcro.


(Ambos relatos están sacados de la Biblia Reina-Valera 2015)

Tradicionalmente se ha considerado que Mateo ha retomado el relato de Marcos.

Comparación detalla de ambos relatos

Veamos las diferencias y similitudes en los relatos de ambos evangelistas: 
1. Mateo (las frases encabezadas por 1 son de Mateo)
2. Marcos (las frases encabezadas por 2 son de Marcos)

Punto uno. La fama de Jesús llega a oídos de Herodes.
1. En aquel tiempo Herodes el tetrarca oyó la fama de Jesús,
2. Oyó el rey Herodes la fama de Jesús, porque su nombre se había hecho notorio

Ambos evangelistas nos cuentan básicamente lo mismo: La fama de Jesús llega a oídos de Herodes.
Podemos, sin embargo, destacar tres pequeñas diferencias en ambos textos:

a) Mateo sitúa la narración de la muerte de Juan Bautista en un contexto temporal difuso: en aquel tiempo, nos dice.

¿Cuándo es en aquel tiempo? Es difícil de saber.
En el capítulo inmediatamente anterior a aquel donde nos detalla la muerte de Juan Bautista, es decir, en capítulo 13 de su evangelio, Mateo nos dice aquí de Jesús tres cosas, principalmente:
i) Que había estado predicando entre la gente usando numerosas parábolas, como las famosas parábolas del sembrador, la parábola del grano de mostaza, la parábola de la levadura, la parábola de la cizaña y las parábolas del tesoro, la perla y la red.
ii) Al parecer ni el pueblo ni sus apóstoles entendían muy bien a que se refería muy bien con sus parábolas cuando hablaba del Reino de los Cielos.
iii) Lo últimos que sabemos de Jesús y sus discípulos antes de que Mateo entre a contarnos el final de Juan el Bautista es que Jesús se encontraba en su tierra, en Nazaret, donde no tuvo mucho éxito, y donde Jesús pronunció las famosas palabras “No hay profeta sin honra sino en su propia tierra y en su casa”.
Además se niega a realizar allí muchos milagros debido a la incredulidad de sus paisanos.
b) Mientras que Marcos sólo nos dice que el mensaje y los milagros de Jesús habían llegado a oídos de Herodes, Mateo especifica que se trata aquí de Herodes el Tetrarca, es decir de Herodes Antipas.
c)  Mateo no da otro detalle más, aparentemente sin importancia, pero que la tiene, y mucho: su nombre se había hecho notorio.
Es decir, que la fama de Jesús se había extendido por toda Judea, Samaria y Galilea, y como no podía ser de otra manera, había llegado a oídos del Tetrarca, pero no solamente de él.

Punto dos. ¿Quién ese Jesús que obra tales milagros?
1. y dijo a sus criados: Este es Juan el Bautista; ha resucitado de los muertos, y por eso actúan en él estos poderes.
2. Piensa: Juan el Bautista ha resucitado de los muertos, y por eso actúan en él estos poderes.
2. Otros decían: Es Elías, y otros decían: Es un profeta, o alguno de los profetas.
Herodes, decía: Este es Juan, el que yo decapité, que ha resucitado de los muertos.

Veamos, ambos evangelistas nos dicen que cuando Herodes escuchó que había un hombre que realizaba prodigios, creía que se trataba de Juan el Bautista, que había resucitado de los muertos, y por eso actuaban en él aquellos poderes.
Pero aquí también nos encontramos con que existen diferencias en el relato:
- Mientras que, según Mateo, Herodes comenta sus temores con sus criados, Marcos no nos dice con quién habla Herodes sobre el Bautista resucitado.
Marcos nos informa, sin embargo, de que aquellos que rodean a Herodes le van dando distintos pareceres sobre quién puede ser ese tal Jesús que realiza milagros:
a) Unos creen que es Elías
b) otros le decían que se trataba de un profeta
c) otros le indican de que pudiera ser alguno de los profetas bíblicos ya muertos y que habría podido resucitar.
Herodes, sin embargo, se mantiene firme en su creencia de que se trataba efectivamente de Juan Bautista, al cual él mismo había mandado decapitar y que habría resucitado de los muertos.

Punto tres. El encarcelamiento del Bautista.

1. Herodes había:
a) prendido a Juan
b) le había encadenado 
d) metido en la cárcel
La causa es Herodías, mujer de Felipe su hermano.

2. Herodes había:
a) enviado y 
b) prendido a Juan, y 
c) le había encadenado 
d) en la cárcel 
e) por causa de Herodías,
f) mujer de Felipe su hermano
g) pues la había tomado por mujer.
Examinemos con más detalle que nos dicen ambos evangelistas. En principio nos cuentan básicamente lo mismo, es decir, que Herodes había: prendido a Juan, le había encadenado, lo había metido en la cárcel y que la causa de todo esto había sido Herodías, la mujer de Felipe su hermano.
La única diferencia es que Marcos nos especifica en su narración que Herodes la había tomado por mujer. Es decir no es sólo que Herodías compartiera el lecho del Tetrarca simplemente como una amante, sino que éste la había convertido en su mujer, se había casado con ella, lo cual era quebrantar uno de los preceptos más importantes del Levítico, y cometer, por lo tanto, un escándalo ante los ojos de los judíos más piadosos. 

Punto cuatro. ¿Por qué se encarcela a Juan el bautista?

1. Juan le decía: No te es lícito tenerla.
2.  Juan decía a Herodes: No te es lícito tener la mujer de tu hermano.

Ambos evangelistas nos dicen aquí lo mismo. Lo único que Marcos indica en su evangelio es que Herodías se trata de la mujer de su hermano.
Aquí vemos la doble falta de Herodes:
a) No sólo convive y hasta contrae matrimonio con una mujer ya casada
b) sino que esta mujer no es otra que la esposa de su propio hermano (realmente su medio hermano). La decadencia e inmoralidad de Herodes y Herodías es asombrosa.

Punto cinco. No se puede tocar al Bautista.
1. Herodes quería matarle, pero temía al pueblo; porque tenían a Juan por profeta.
2. Herodías
a) le acechaba
b) y deseaba matarle
c) y no podía
2. Herodes temía a Juan
- sabiendo que era varón justo y santo
- y le guardaba a salvo
- oyéndole, se quedaba muy perplejo
- pero le escuchaba de buena gana.

En este quinto punto es donde más difieren las narraciones de ambos evangelistas.
a) Según Mateo era el propio Herodes quien quería matar a Juan el Bautista, pero se abstenía de hacerlo para no soliviantar a sus súbditos, pues lo consideraban un profeta.
b) Según Marcos, Herodes no sólo no deseaba de ninguna manera acabar con la vida del Bautista, sino que además lo temía, lo tenía por un hombre santo y justo, se admiraba de su doctrina y escuchaba con gusto sus enseñanzas.  
Aquí Marcos descarga toda la culpa en Herodías, la cual odiaba a Juan y le acechaba. Deseaba matarle pero no podía, seguramente porque se lo impedía su marido, que le tenía gran respeto al Bautista.

Punto seis. La fiesta de cumpleaños del Tetrarca.

1. Se celebraba el cumpleaños de Herodes
2.  Pero venido un día oportuno
- en que Herodes, en la fiesta de su cumpleaños
- daba una cena a sus príncipes y tribunos y a los principales de Galilea.
En este punto queda claro que el marco donde tuvo lugar la famosa escena del baile y donde cayó la sentencia de muerte para Juan fue la fiesta de cumpleaños de Herodes.
a) Marcos nos dice que era un día oportuno. Aquí nos podemos preguntar ¿oportuno para quién?
Está claro que sólo lo podía ser para Herodías, que era la que verdaderamente ansiaba ver muerto a Juan.
Después de rogar en vano a su marido que se deshiciera de ese deslenguado ermitaño, después de suplicarle numerosas ocasiones que acabara con las diatribas del bautista, por fin ve Herodías la ocasión única para poner punto y final al desagradable asunto del profeta entrometido.
b) También es Marcos el que nos indica que a la fiesta del Tetrarca acudieron sus príncipes y tribunos así como los principales de Galilea. Es decir, el público no podía ser más selecto.

Punto siete. El fabuloso baile de Salomé
1. la hija de Herodías danzó en medio y agradó a Herodes,
2. entrando la hija de Herodías, danzó y agradó a Herodes y a los que estaban con él a la mesa.
La hija de Herodías, nótese que no se nos dice en ningún momento su nombre -cómo si éste no tuviera importancia-, bailó y agradó a Herodes sobremanera.
a) Mateo nos dice que bailó en medio de todos.
b) Marcos nos dice que la bailarina entró en la sala de fiestas. Es decir que no se encontraba sentada entre los comensales, quizá porque no estaba invitada al cumpleaños o quizá sí que lo estaba, pero desapareció momentáneamente para ir a prepararse para la actuación, ya sea para cambiarse de ropa, maquillarse, colocarse algún accesorio o ir a buscar algún instrumento con el que acompañarse en su baile (por ejemplo címbalos, tan importantes es los bailes de Oriente Medio).
c) Otro detalle que sólo aparece mencionado en Marcos es que el baile no sólo agradó a Herodes sino también a todos sus ilustres comensales.

Punto ocho. La promesa irrevocable de Herodes en público.
1. Herodes le prometió con juramento darle todo lo que pidiese.
2. y el rey dijo a la muchacha: Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré. Y le juró: Todo lo que me pidas te daré, hasta la mitad de mi reino.
Ambos cronistas coinciden en que Herodes prometió bajo juramento darle a la chiquilla todo aquello que esta pidiera, en pago a su fascinante espectáculo.

Marcos incluye dentro del juramento de Herodes incluso la cláusula “hasta la mitad de mi reino”, lo cual dijo Herodes seguramente de manera exagerada, con el fin de recalcar su promesa de darle más énfasis a sus palabras, pero sin estar ofreciéndole realmente a la chiquilla la mitad de sus dominios.

Punto nueve. La cabeza de Juan Bautista en un plato.

1. Ella, instada por su madre, le pide: Dame aquí en un plato la cabeza de Juan el Bautista.
2. Saliendo ella, dijo a su madre: ¿Qué pediré? 
- Y ella le dijo: La cabeza de Juan el Bautista. (Diálogo madre hija)
Entonces ella entró prontamente al rey, y pidió diciendo: Quiero que ahora mismo me des en un plato la cabeza de Juan el Bautista.
Aquí ambos relatos están de acuerdo en culpar a Herodías de la muerte de Juan.
En ningún momento quiso Salomé como recompensa la cabeza de nadie. Es su madre la que le insta, le obliga a pedir la vida del profeta prisionero.
La principal diferencia que se puede observar entre los dos evangelistas es que Marcos nos presenta la escena de un diálogo madre-hija previo a la petición de la cabeza de Juan.
Mateo se limita a narrar que Herodías insta a su hija a pedir la cabeza de Juan. Marcos nos presenta el dialogo que hubo entre ellas. Aquí vemos a una chiquilla indecisa, que no sabe qué pedir, seguramente tenía la esperanza de que su madre le dejara pedir algún capricho y que, seguramente para su mayor decepción, se encuentra con que debe solicitar algo que no sólo no le interesa lo más mínimo, sino que además es repugnante e inmoral, pero debe obedecer. 
Al parecer a Herodías no le costó mucho responder a la pregunta de su hija pues Marcos nos indica que Salomé acude prontamente con la fatal petición al Tetrarca.
Parece ser que ambas no se encontraban en la misma sala que Herodes, es decir se retiraron a deliberar qué respuesta darle a Herodes, pues ambos evangelistas nos indican que Salomé sale de la sala para luego volver a entrar con la petición. 

Punto diez. Herodes debe mantener su palabra dada.

1. El rey se entristeció. A causa del juramento, y de los que estaban con él a la mesa, mandó que se la diesen,
2. Y el rey se entristeció mucho, pero a causa del juramento y de los que estaban con él a la mesa, no quiso desecharla.
Aquí están los dos evangelios de acurdo en que el rey se puso triste cuando oyó la petición.
Debió de ver al instante que detrás de la demanda de la chiquilla estaba la mano de su madre Herodías, a la que le habría dejado claro en innumerables ocasiones que la vida del Bautista tenía que ser respetada.
Pero claro, había hecho la promesa delante de numerosos testigos, todos ellos nobles y vasallos suyos, ante los cuales no convenía desdecirse, pues de lo contrario se estaría dejando claro un mensaje: el rey no es de fiar ya que no mantiene su palabra.
Así es que Herodes Antipas se ve en “la obligación” de concederle a Salomé lo que esta pide: la cabeza de su respetado prisionero.   

Punto once. Juan debe ser decapitado.

1. Ordena decapitar a Juan en la cárcel.
2.  Y en seguida el rey, enviando a uno de la guardia, mandó que fuese traída la cabeza de Juan.
Ambos evangelistas dejan claro en este punto que Herodes ordena que se cumplan los deseos de Salomé - es decir de su madre Herodías- y manda que Juan el Bautista sea decapitado.
Entre ambos relatos existen un par de detalles diferentes:
a) Mateo ordena que Juan sea decapitado ahí donde éste se encuentra, es decir, en la cárcel.
b) Marcos, sin embargo, nos indica un detalle interesante, y es que envía a un guardia personal para que le traiga la cabeza.
Es decir no basta con dar la orden y dar por descontado que será cumplida. Es necesario la prueba de que la orden ha sido cumplida y para ello hay que recibir la cabeza del reo.

Punto doce. La cabeza es presentada en un plato

1. Su cabeza es traída en un plato y dada a la muchacha y ella la presentó a su madre.
2. El guarda fue le decapitó en la cárcel y trajo su cabeza en un plato, la dio a la muchacha, la muchacha la dio a su madre.
Aquí vemos que ambos relatos coinciden. Es curiosa la cadena de transmisión.
El guarda acude a la cárcel y decapita a Juan. 
La cabeza pasa así:
a) del guardia a Salomé. 
b) de Salomé a su madre Herodías.
En ningún momento nos dicen que la cabeza fuera entregada a Herodes, que era, por un lado, la persona que había dado la orden de ejecutar a Juan, y por otro lado era el Tetrarca, el que mandaba.
Es como si Herodes no quisiera saber nada del asunto. Al no querer que le entregaran a él personalmente la prueba de la muerte de Juan se estaría desentendiendo de su ejecución.

Punto trece. Inhumación de Juan.

1. Llegaron sus discípulos, toman el cuerpo, lo enterraron, fueron y dieron las nuevas a Jesús.
2. Cuando oyeron esto sus discípulos vinieron, tomaron su cuerpo y lo pusieron en un sepulcro.
En este último punto ambos evangelistas nos informan de que son los discípulos del Bautista quienes se encargan de ir a recoger sus restos mortales y de enterrarlo. Aunque en este último aspecto no queda claro si lo entierran, como dice Mateo o lo ponen en un sepulcro (el cual podría estar también bajo tierra).
Mateo nos dice además de que son esos mismos discípulos de Juan los que acuden a Jesús para informarle del trágico final de su amigo.

B. Salomé, ¿Chiquilla o femme fatale?

En el último siglo y medio, como veremos más adelante en este artículo, la imagen que los artistas dieron de Salomé, sobre todo en pintura, era la de una voluptuosa mujer, sensual, atractiva y seductora. Casi siempre se la representaba semidesnuda, con los senos descubiertos y en vestidos lujosos.
Aquí cabe preguntarse, ¿se corresponde esta imagen de Salomé con la que nos dan los Evangelios? 
Tanto en Mateo como en Marcos la bailarina es llamada κοράσιον, que es el diminutivo de κόρη (chica, muchacha). Es decir que a Salomé la tratan de muchachita, de chiquilla.

Este es el mismo término que se utiliza en los Evangelios para referirse a la hija de Jairo que fallece y resucita con 12 años.

Henri Regnault, Salomé
Por tanto nada tiene que ver la imagen que ofrecen los relatos de los evangelistas, donde Salomé es una niña, una preadolescente que sabe bailar muy bien, con la imagen de femme fatale que nos presentan escritores y pintores de los siglos XIX y XX.

C. La muerte de Juan el bautista según Flavio Josefo

La versión que Flavio Josefo nos da sobre la muerte de Juan Bautista difiere de la que nos ofrecen los evangelistas.
Flavio Josefo nos cuenta que algunos judíos creían que la derrota del ejército de Herodes por parte de Aretas era un acto de justicia divina, porque Herodes había encarcelado y mandado ejecutar a Juan Bautista.
Al parecer se habían producido aglomeraciones de gente que pedía la liberación del Bautista.
Herodes decidió poner punto y final a los tumultos acabando con la causa de los mismos: Juan.
Así pues Herodes mando llevar a Juan encadenado a su fortaleza de Maqueronte y ejecutarlo ahí.
Lo que hace Herodes es actuar de manera profiláctica pues estaba obsesionado con mantener su poder y este se asentaba sobre el control del orden público: no podía consentir disturbios, de lo contrario los romanos lo acusarían de incompetente e incapaz de mantener la paz y lo depondrían de su puesto para colocar a alguien más eficaz.

D. ¿De dónde viene la leyenda de la bailarina Salomé?

Los críticos que, de manera casi patológica, no pueden admitir que los Evangelios puedan tener ni siquiera un mínimo atisbo de veracidad acuden a veces a explicaciones un poco forzadas -en el mejor de los casos- y a teorías completamente descabelladas en otras ocasiones.
En el caso de la historia de la joven bailarina hay muchos estudiosos que han querido ver aquí una invención de los evangelistas que no habrían hecho otra cosa que retomar una vieja leyenda atribuida al Cónsul Lucius Quinctius Flamininus (en español Lucio Quincio Flaminino).

Conocemos varias versiones de esta historia, que nos ha sido transmitida por cinco escritores de la antigüedad. Veamos cada una de esas versiones:

1. Tito Livio

Según nos comenta Tito Livio (Titus Livius), en el libro XXXIX de su obra “Ab urbe condita”, los censores Marco Porcio y Lucio Valerio, revisaron las listas del Senado para borrar de dichas listas siete nombres que no merecían esta en ellas.
Entre aquellos se encontraba el de un hombre con rango de consul: Lucio Quincio Flaminino, distinguido por la familia de la que venía así como por los cargos que había desempeñado. 
Según nos dice Tito Livio, en aquellos tiempos (192 a.C.) quedó establecido que los censores debían escribir las razones de la exclusión junto al nombre de los excluidos del Senado. 
Es por eso que se han conservado algunos duros discursos de Catón contra aquellos a quienes sacaron de la lista del Senado.
Al parecer, el discurso más agresivo fue aquel que hizo contra Lucio Quincio Flaminino.

a) Versón de Marco Porcio Catón

Entre los numerosos cargos de los que Flaminino fue acusado, se encuentra el que nos interesa, pues es el que se supone sirvió de base a los evangelistas para inventarse luego ellos la historia del baile de Salomé. 
Según parece, Flaminino, se había llevado de Roma a la provincia de la Galia de la cual estaba al cargo, a un joven prostituto, llamado Filipo el cartaginés, atractivo y famoso. 
Este muchacho solía a echar en cara con bastante frecuencia al cónsul, que éste lo había alejado de Roma para que lo acompañara y así poder satisfacer las bajas pasiones del cónsul.  
El joven le reprochaba que se había visto privado de asistir a un espectáculo de gladiadores.
Estando en una ocasión el cónsul Flaminino celebrando un banquete y con la cabeza nublada por el vino, se le hace saber que hasta ahí había acudido un boyo, es decir, un miembro de la nobleza celta local. 
El celta se había presentado ante el cónsul, acompañado de sus hijos y solicitando refugio. El noble pedía una audiencia con Flaminino para que éste le ofreciera en persona garantías de protección. 
Una vez dirigido a las dependencias donde se encontraba el cónsul, comenzó a dirigirle sus ruegos a través de un traductor. Mientras el boyo hablaba, el cónsul se dirigió al prostituto y le dijo: "Puesto que te has perdido el espectáculo de los gladiadores, ¿te apetecería ver morir ahora mismo a este galo?" Medio en broma, medio en serio, el joven asintió. El cónsul agarró una espada y, mientras el celta seguía hablando, le golpeó en la cabeza hiriéndolo. A continuación, cuando el boyo se disponía a huir, el cónsul le atravesó el costado con la espada.

b) Versión de Valerio Antas

Tito Livio en el mismo libro XXXIX de su libro “Ab urbe condita” se refiere al escritor latino Valerio Antas, para contarnos que es probable que Valerio Antas nunca hubiera leído antes los discursos de Catón y que nos cuenta la historia de manera distinta.
Según Antas, el cónsul invitó a una mujer de mala reputación, de la que estaba perdidamente enamorado, a un banquete en Plasencia. 
Durante la cena, Flaminino, pavoneándose de su autoridad, le contó a la prostituta que él había sido un implacable juez y que en la cárcel tenía encadenados a una gran cantidad de reos a los que pensaba decapitar. La prostituta, recostada en un diván a su lado, le insinuó que nunca había sido testigo de una ejecución y que le gustaría presenciar una. Entonces, su amante, por darle ese capricho ordenó que trajeran a su presencia a uno de aquellos infelices y le cortó la cabeza. 

Tenemos aquí dos versiones, ambas aportadas por Tito Livio:
a) una es la versión que ofrece el censor Marco Porcio Catón 
b) otra la de Valerio Antas
El mismo Tito Livio llega a la conclusión de que pasara lo que pasara, es decir que, fuera correcta una versión o lo fuera la otra, en todo caso fue un crimen cruel y una brutalidad.

Existen dos versiones más de este episodio. Una la cuenta Cicerón y la otra Séneca Mayor.

2. Séneca Mayor

Marco Anneo Séneca, padre del famoso filósofo moralista Lucio Anneo Séneca, escribió las Controversiae, una obra de diez libros dirigida a sus hijos, de la que han llegado a nuestros días tan sólo los libros 2, 7 y 8.
Estos libros contienen 74 ejercicios retóricos, que son casos jurídicos.
Uno de estos casos jurídicos lleva el nombre de “Flamininus in Cena Reum Puniens. Maiestatis laesae sit actio”, que se podría traducir como: “Cómo Flaminino ejecutó a un criminal en una cena. Sirva esta acción como ejemplo de lesa majestad”, y donde podemos leer lo siguiente: 
Flamininus proconsul inter cenam a meretrice rogatus, quae aiebat se numquam vidisse hominem decollari, unum ex damnatis occidit. Accusatur laesae maiestatis.
(Siendo Flaminio procónsul, una vez una prostituta le pidió un favor mientras cenaba. Ella le dijo que nunca había visto cómo le cortaban la cabeza a un hombre. (Entonces) mataron a un criminal que estaba condenado. Se le acusa de crimen de lesa majestad)
Sea lo que fuere lo que realizara Flaminio, lo que sí está claro es que en el año 184 a.C. fue expulsado de su cargo como cónsul por orden del censor Catón (Marcus Porcius Cato - o Marco Porcio Catón, en español) por haber cometido abuso de poder. 
En un poderoso y demoledor discurso delante del Senado, Catón acusó a Flaminio de haber deshonrado el cargo de cónsul habiendo cometido una serie de delitos.

3. Cicerón

Marco Tulio Cicerón, en su breve obra "Cato Maior, sive De senectute" (Catón el Viejo o bien sobre la vejez) nos da su versión de los hechos:

Poniendo la historia en boca del Censor Marco Porcio Catón, nos cuenta los hechos desde la perspectiva de dicho censor.
Catón se ve obligado, en contra de su voluntad, a expulsar del senado romano a Lucio Quincio Flaminino, hermano de Tito Flaminino, siete años después de que Lucio hubiera sido designado cónsul.
Catón dicta una sentencia judicial ejemplarizante por libertinaje, pues cuando Lucio Quincio Flaminino detentaba el cargo de cónsul en la Galia, se dejó persuadir por las suplicas de una meretriz que le rogaba encarecidamente que no ejecutara a un reo, que se encontraba prisionero en sus ergástulas esperando a que se cumpliera su condena a muerte.
Finalmente la persistencia de la prostituta consiguió doblegar al cónsul que dejo que el prisionero escapara del castigo.
Todo esto ocurrió siendo censor su hermano Tito Flaminino, que ocupó este cargo anteriormente a Catón.
Cocluye Catón diciendo, que ni él mismo ni a Flaco les pareció bien que se debiera pasar por alto semejante negligencia donde se unían la deshonra del cargo de cónsul con la deshonra personal.

4. Plutarco

El historiador griego Plutarco, en su libro IIIde su obra “Vidas Paralelas” nos ofrece otro relato sobre los hechos a la vez que nos comenta que conoce las otras versiones.
Nos cuenta cómo dos prominentes varones de aquel tiempo como eran, nada más y nada menos, que Escipión Africano y Marco Catón llegaron a estar enemistados por culpa de Lucio Quincio Flaminino, hermano de Tito Quincio Flaminino, amigo íntimo de Escipión.
Según nos cuenta Plutarco, Lucio Quincio Flaminino tenía un joven amante que le acompañaba allí donde fuera.
En una ocasión, estando ambos en un banquete, el prostituto le aseguró al cónsul que era tanto el amor que le profesaba, que había renunciado a ver un combate de gladiadores en Roma por estar presente con Lucio.
Al parecer Lucio, enormemente complacido por la declaración del joven, le respondió que nada se perdía realmente y que él mismo le satisfaría ese capricho.
Dicho y hecho, mandó que trajeran a su presencia a un sentenciado a muerte de los que estaban en prisión. A continuación le ordenó a uno de sus esclavos que allí mismo en el banquete decapitara al prisionero. 
A su vez Plutarco nos comenta que conoce la versión de Valerio  Antias, donde dice que Lucio ejecutó al condenado, no por satisfacer los deseos de un jovenzuelo, sino más bien los de una amiga.
También cita Plutarco la versión que Livio obtiene de un discurso de Catón, discurso en el que, como ya hemos mencionado más arriba, la víctima era un boyo (o noble celta), el cual habiendo acudido a Flaminino en busca de protección, pues se trataba de un galo tránsfuga, que había acudido al cónsul junto con su mujer e hijos implorando su amparo con sus hijos y su mujer. 
Habiendo recibido audiencia con el cónsul e incluso encontrándose como invitado a un banquete, Lucio le había dado muerte con sus propias manos para satisfacer, de esta manera, la curiosidad de su joven amante.
Plutarco duda de la versión de Catón, y cree que este se inventó una falsa identidad para el reo, el cual no era un tránsfuga sino un prisionero que ya se encontraba sentenciado a morir.
Plutarco sospecha que Catón retocó los hechos para aumentar el oprobio que el hecho en sí ya tenía.
También conoce Plutarco la versión de Cicerón el Orador en su libro De la vejez, donde pone las palabras en boca del mismo Catón.

5. Resumen
Tenemos cinco versiones de los hechos.
Veámoslas de forma más clara en este cuadro:


Catón
Plutarco
V. Antas
Séneca
Cicerón
Lugar
Banquete
Banquete
Banquete en Plasencia
Cena
    Ø
Amante
prostituto Filipo el cartaginés
Un prostituto
mujer de mala reputación
prostituta
prostituta
Motivo
Ver un espectáculo de gladiadores
Ver un espectáculo de gladiadores
Quiere ver una ejecución
Quiere ver una decapitación
Quiere que no mate a un prisionero
Víctima
Noble celta
Reo de muerte
Prisionero
Criminal
Prisionero
Verdugo
El propio Lucio Flaminino
Sirviente de Lucio Flaminino
No queda claro si es el propio Lucio Flaminino
      ?
Se le deja libre
Causa de la muerte
Le atraviesan el costado
decapitación
decapitación
Ejecución.
Supuestamente decapita-ción, pues es lo que la meretriz deseaba ver.
Se le deja libre

Exceptuando la versión de Cicerón, que es completamente diferente al resto, pues aquí el delito que comete el cónsul no es ejecutar por capricho a alguien, sino al contrario, perdonarle la vida a un reo de muerte, las otras cuatro versiones contienen una serie llamativa de elementos concordantes y de elementos discordantes:
A. Concordantes:
- El escenario del crimen es un banquete
- La persona que engatusa al cónsul es o bien un joven prostituto, del que incluso se nos da el nombre: Filipo el cartaginés, o bien una prostituta, que según Valerio Antas vivía en Plasencia.
- El deseo que tiene su amante, tanto si es hombre o mujer es ver un combate de gladiadores, en el caso del prostituto, o bien, ver una decapitación en vivo.

B. Discordantes:
- La victima en el relato de Catón es un boyo (noble celta)
- La victima de los otros cuatro relatos es un prisionero que ya estaba condenado a muerte.
- En la versión de Catón es el propio Flaminino el que le da muerte con su propia espada.
- En la versión de Plutarco, Flaminino se ocupa de dar la orden a un sirviente para que este ejecute a al pobre reo de muerte.
- En las versiones de Valerio Antas y Séneca no queda claro de si la persona que se encarga de poner fin al desdichado prisionero es el propio Lucio Flaminino o bien alguno de sus sirvientes a sus órdenes.
- La causa de la muerte no es siempre la misma: Catón dice que el boyo muere atravesado por la espada de Flaminino.
- Plutarco y Valerio Antas afirman que la víctima muere decapitada y Séneca no indica cómo muere el reo, pero todo parece indicar que también fue decapitado, pues ese era el deseo que le habían pedido a Flaminino.

6. Conclusiones sobre las cinco diferentes versiones

1. Como podemos ver ni una sola de las cinco versiones coinciden al completo.
2. Algunas son incluso completamente contradictorias, pues Cicerón afirma que el delito que Flaminino comete no es acabar con la vida de un reo sino precisamente todo lo contrario, perdonársela.
3. No se sabe si el amante era hombre o mujer, si la víctima era un prisionero o un noble celta, no se sabe cómo murió dicha víctima, ni quién la mató.
Analizados estos puntos, podemos preguntarnos ahora, ¿cabe la posibilidad de que la leyenda de Flaminino y su amante se convirtiera más adelante, concretamente dos siglos más tarde, en la base que usaron los evangelistas para elaborar la historia de Salomé y la decapitación de Juan Bautista?
Si examinamos la leyenda de Flaminino y su amante y la comparamos con la historia de Salomé y Juan Baustista vemos que sólo hay tres puntos en común:
Un banquete, un amante caprichoso y una ejecución.
Querer ver en esto una más que posible base sobre la que los evangelistas inventaron más tarde la leyenda de Salomé es tremendamente exagerado.
- Todos hemos oído hablar de la leyenda del Nudo Gordiano.
En una ciudad Frigia tenían una lanza y un yugo atados con un nudo cuyos cabos se ocultaban en el interior de dicho nudo, el cual era tan complicado de desatar que nadie que lo intentara podía conseguirlo. Se decía que aquel que lo supiera soltar conquistaría oriente.
Se nos cuenta que cuando Alejandro Magno conquistó Frigia se quiso enfrentar con el reto del nudo. Después de examinarlo de cerca, ni corto ni perezoso, desenvainó la espada y cortó de un tajo el nudo.
Pues bien, querer ver en la historia Salomé un remedo de la historia de Flaminino, es como querer ver en el episodio que nos narra Mateo sobre el prendimiento de Jesús en el Getsemaní, en su capítulo 26, versículo 51 (“Pero uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quitó la oreja”. RV 1960) una clara invención por parte de Mateo, el cual no hizo sino introducir aquí sino un episodio ficticio sacado de la leyenda griega del nudo gordiano.
O también sería como si se nos antojara ver en la popular leyenda de los gansos capitolinos que graznando salvaron Roma, la base sobre la que el mismo Mateo se inventara más tarde el canto del gallo que sirvió de señal para que Pedro fuera consciente de que efectivamente, como ya le adelantara Jesús, había traicionado a su maestro. Mateo, capítulo 26, versículo 74: “Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco al hombre. Y en seguida cantó el gallo”. RV 1960)

4. La historia de la muerte de Salomé

Nicéforo Calixto Xanzopoulos (aproximadamente 1270-1328 d.C) fue un clérigo bizantino y escritor, considerado el último de los historiadores eclesiásticos griegos, que nos dejó escrita la leyenda de la muerte de Salomé.
Según este clérigo la muerte de la joven tuvo lugar un día de invierno, cuando Salomé se propuso cruzar un rio helado. En mitad del recorrido el hielo se quiebra y la chica se ve hundida en las gélidas aguas hasta la altura de la cabeza.
En ese crítico momento recibe un merecido castigo divino como pena por su enorme pecado. Su cuerpo es presa de incontenibles convulsiones y comienza a agitarse y a bailar de forma lasciva. 
Su cuello, que como ya hemos señalado se encontraba a la altura de la superficie helada, se ve sometido a unas terribles heridas que los bordes helados le van causando. Acaba muriendo por los cortes que le produce el hielo. 
Acaba así sus días la infame Salomé recibiendo la misma ejecución que anteriormente acabara con la vida del profeta Juan el Bautista.  

5. La figura de Salomé en el arte

Durante siglos la figura de Salomé ha servido de inspiración a decenas de artistas a la hora de crear innumerables dramas, novelas, relatos, poemas, pinturas, frescos, lienzos, relieves, estatuas, canciones, óperas, películas, etc.

Literatura

- Aparte de en los evangelios de Mateo y Marcos nos encontramos a Salomé en las Antigüedades Judías de Flavio Josefo, libro XVIII (las tres obras del siglo I d.C.).
- También aparece Salomé en primitivos escritos cristianos apócrifos de los primeros siglos, como por ejemplo en las Acta Pilati, también conocidas como Evangelio de Nicodemo.
En un intercambio de cartas entre Pilatos y Herodes se menciona la causa de la muerte de Salomé: la joven se encuentra jugando un día sobre aguas heladas que se quiebran. Los bordes de hielo le seccionan la cabeza a la chiquilla. A Herodias sólo le queda la cabeza de Salomé para el entierro pues el cuerpo se hunde en las aguas y resulta irrecuperable.  (Ya hemos mencionado como esta leyenda la retomará más tarde Nicéforo Calixto Xanzopoulos en el siglo XIII).
En los escritos de patrística nos encontramos menciones, todas muy negativas, a la figura de Salomé, como ejemplo de mujer pecadora, inmoral, degenerada, que con sus malas artes consigue acabar con la vida de un justo.
- Así tenemos escritos de Juan Crisóstomo (siglo IV) donde aparecía descrito el baile de Salomé como obra del demonio: “baile pecaminoso y más pecaminosa aún su recompensa”.
- También Ambrosio de Milán (siglo V), echaba la culpa al baile. La danza era el origen de todos los males y defendía que sólo las madres pecadoras como Herodías, una mujer adúltera, enseñaban a sus hijas a bailar, las mujeres santas y castas no lo hacían.
- Otro Padre de la Iglesia que escribió sobre Salomé fue Pedro Crisólogo (siglo V) que la compara con una bestia que bebe sangre.
- Especial importancia merecen los escritos de Isidoro de Pelusio, el cual menciona en una carta, por primera vez desde Flavio Josefo, el nombre de Salomé para referirse a la hija de Herodías (siglo V).
- Nos encontramos a Salomé también en el poema épico alemán, escrito en antiguo sajón Heliand, de la primera mitad del siglo IX.
- En el siglo XIII tenemos la leyenda de la muerte de Salomé en un lago o rio helado que nos cuenta Nicéforo Calixto Xanzopoulos.
- Más tarde nos encontramos a Salomé como figura esencial en representaciones teatrales medievales de los Misterios Pascuales, representaciones de la Pasión y de vidas de profetas. Aquí se presenta a Salomé siempre como la culpable de la muerte de Juan Bautista.
- Especial importancia tuvo la figura de la seductora bailarina siglos más tarde, concretamente entre mediados del siglo XIX y el comienzo de la I Guerra Mundial.
Los artistas de aquella época se sienten fascinados por el entorno que rodea la historia: el lujo oriental, el poder, la decadencia, la inmoralidad, la seducción, la corrupción, la lascivia y la muerte.
Es en estas décadas cuando se produce un auténtico boom de obras que giran en torno a la figura de Salomé y la decapitación del Bautista, como por ejemplo:
- Heinrich Heine “Atta Troll” (1843).
- Stéphane Mallarmé – Hérodiade (1864).
- Gustave Flaubert “Hérodias. Trois Contes” (1877).
En el relato Hérodias que escribió Flaubert entre los años 1876 y 1877 la acción tiene lugar en la fortaleza herodiana de Maqueronte, donde el autor introduce numerosas figuras ficticias. Por lo demás la historia se mantiene bastante fiel al relato bíblico.
 - Jules Laforgue. Salomé in: Moralités légendaires, 1877.
- Oscar Wilde “Salomé” (1891) A Tragedy in One Act.
En este drama Wilde nos presenta a una Salomé perdidamente enamorada de Juan, el cual no le corresponde en su amor.
Despechada y herida en su orgullo, Salomé tomará venganza bailando magníficamente delante de Herodes y solicitando de éste la cabeza del Bautista.
Cuando le presentan la cabeza del mismo en una bandeja Salomé le da un beso y Herodes airado al verse utilizado paracometer semejante monstruosidad ordena matar a Salomé.
Esta tragedia en un solo acto, redactada en francés, fue prohibida en Inglaterra por sacrílega e irrespetuosa con la figura bíblica de Juan Evangelista.
- Rubén Darío, poema „en el país de las alegorías” (1905).
- Georg Ruseler, en su relato “Das Haupt Johannes des Täufers“ en „Die gläserne Wand“ (1908).
- José Ortega y Gasset: esquema de Salomé (1925).

- Vizma Belševica – Poema Salomé, aparecido en “Jūra deg” (el mar arde) (1966).

- Eric Walz. Die Schleier der Salome (novela histórica) (2005).

- Ulrich Woelk. Schrödingers Schlafzimmer (2006).

Pintura

Las fuentes literarias en las cuales se basan los artistas para representar a Salomé son
a) los Evangelios de Mateo y Marcos
b) La Leyenda Aurea de Jacobo de la Vorágine
c) El comentario sobre la decapitación de Juan el Bautista que hace Eusebio Hierónimo (latín Eusebius Sophronius Hieronymus) más popularmente conocido como San Jerónimo en su obra Apologia adversus Rufinum.
Una de las representaciones más antiguas de Salomé se encuentra en el Codex Sinopensis de París, del siglo VI.


Codex Sinopensis (S. VI). Salomé con la cabeza de Juan Bautista 
En Italia encontramos representaciones iconográficas de la leyenda de Salomé desde el siglo XII. El ejemplo más famoso serían las célebres puertas de bronce de la Basílica de San Zenón en Verona o el mosaico de la cúpula del Baptisterio en Florencia.


La cabeza de Juan. Puertas de bronce de la Basílica de San Zenón en Verona.
En los siglos posteriores se va a ir desarrollando la representación de Salomé como un motivo propio, es decir, separado de la temática de Juan Bautista como venía haciéndose hasta entonces.
Las representaciones típicas de la historia nos muestran:
a) el banquete de Herodes
b) la entrega de la cabeza de Juan Bautista a Salomé.
c) la presentación de la cabeza a Herodías por parte de Salomé 
d) el baile de Salomé
- Giotto. Salomé. Frescos en la capilla Peruzzi en la basílica de la Santa Cruz de Florencia (Siglo XIV).
                    Salomé. Giotto                        
- Benozzo Gozzoli. Baile de Salomé (1461/62).
- Alberto Durero

- Hacia finales del siglo XV empieza a representarse a Salomé, cada vez de forma más frecuente, acompañada de mujeres de diferentes edades (una chica, una mujer y una vieja).
 - Bartolomeo Veneto. Salomé con la cabeza de Juan Bautista (entre 1503 y 1530).
- Tiziano. Salomé (1515).
- Lucas Cranach el Viejo. Salomé con la cabeza de San Juan (1530).


Lucas Cranach. Salomé con la cabeza de San Juan
- Caravaggio. Salomé con la cabeza de Juan Bautista (1607).

Salomé con la cabeza de Juan Bautista
- Con el siglo XIX vemos una clara desacralización de la figura de Salomé. Se pierde el halo sacro que le acompañaba hasta entonces y la figura se torna profana.

- Gustave Moreau. La Aparición. (1875).

- Edvard Munch. Salomé (1903).



Edvard Munch. Salomé

- Franz von Stuck .Salomé (1906).

- Oskar Kokoschka. Salomé con la cabeza de San Juan (1906).

- Éder Gyula. Salomé con la cabeza cortada de Juan Bautista (1907).

- Julius Klinger. Salomé (1909).

Escultura

- Max Klinger. La nueva Salomé. (1893)

Música

Óperas und Oratorios

- Alessandro Stradella – Oratorium San Giovanni Battista, Roma (1675).
- Johann Joseph Fux. Oratorium La fede sacrilega nella morte del Precursor San Giovanni Battista, Viena (1714).
- Jules Massenet. Opera Hérodiade, Bruselas (1881)
En esta ópera la figura de Salomé se basa en el relato de Gustav Flaubert de 1877, que ya hemos mencionado más arriba.
Herodes busca matar a Juan Bautista por razones políticas y Salomé que está enamoradísima de Juan intenta salvarle la vida en vano.
La pérdida de Juan y la relación rota con su madre Herodías llevan a Salomé a cometer suicidio.

- Richard Strauss – Opera Salomé, Dresde (1905).
Richard Strauss retoma el texto de Oscar Wilde para escribir una versión más corta en su ópera de 1894 “Salomé”, donde nos encontramos tres puntos diferentes de la versión tradicional:
a) En esta ópera es Herodes el que exige a Salomé que baile para él y su amante Herodías trata de impedirlo.
b) Salomé está perdidamente enamorada de Juan el Bautista
c) Herodes manda matar a Salomé al final de la ópera, cuando ésta confiesa su amor por el Bautista.
La crítica tachó esta ópera de decadente, pervertida e irrespetuosa.
- Florent Schmitt. Ballet y poema sinfónico La tragédie de Salomé (1907).
- Alexander Konstantinowitsch Glasunow. Música teatral (Introducción y baile de Salomé) para el drama de Oscar Wilde (1908).
- Antoine Mariotte. Opera Salomé, Lyon (1908).

Canciones

- Robert Stolz. Canción Salome, schönste Blume des Morgenlands (1920).
- Andrew Lloyd Webber. Canción Salome en el musical Sunset Boulevard (1993).

- Angels of Venice. Canción The Sins Of Salome en el álbum Wake Inside A Dream (2001).
- Pete Doherty – Canción Salome en el álbum Grace/Wastelands, (2009).

- Saltatio Mortis & Doro Pesch. Canción Salome en el álbum Wer Wind sæt (2010).

Cine
- Carmelo Bene. Salomé.
- J. Gordon Edwards. Salome (1918) Cine mudo, con Theda Bara en el papel principal.
- Regie Charles Bryant/Alla Nazimova. Salome (1922) También película muda con Alla Nazimova en el papel de Salomé.
- Charles Bryant. Salome (1923).
- William Dieterle. Salome (1953). Aquí Dieterle nos presenta a Salomé como un santa.
- Pier Paolo Pasolini. Il Vangelo secondo Matteo (1964).
En esta película Pasolini se mantiene fiel al relato de los evangelios.
- Carlos Saura. Salomé (1992)
6. Otras mujeres con el nombre Salomé en los Evangelios

(véase Salome en https://www.bibelwissenschaft.de/)

Como ya mencionamos más arriba, los Padres de la Iglesia no conocían con el nombre de Salomé a la hija de Herodías.
Este nombre de Salomé se usaba para referirse, principalmente, a tres figuras femeninas que aparecen en el Evangelio de Marcos y en el protoevangelio apócrifo de Jacobo.
En el caso de estas tres mujeres se trata de:
a) una discípula de Jesús que fue testigo de la Pasión de Cristo.
b) una hermana de Jesús.
c) En el protoevangelio de Santiago (o Jacobo), un evangelio apócrifo, cuando narra la infancia de Jesús, nos encontramos con una mujer de nombre Salomé.
Veamos más en detalle que nos dicen de ellas.

A. Salomé, discípula de Jesús

De esta Salomé sabemos que, además de ser una discípula de Jesús de origen galileo, también fue una de las mujeres que
a) estuvo presente durante la crucifixión de Jesús (Marcos, capítulo 15, versículos 40-41: “También había algunas mujeres mirando de lejos, entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé, quienes, cuando él estaba en Galilea, le seguían y le servían; y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén”. RV 1960).
 b) Y que también estuvieron presentes en la tumba vacía (Marcos, capítulo 16, versículos 1-5: “Cuando pasó el día de reposo, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirle. Y muy de mañana, el primer día de la semana, vinieron al sepulcro, ya salido el sol. Pero decían entre sí: ¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro? Pero cuando miraron, vieron removida la piedra, que era muy grande. Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron”. RV 1960)
  
- Por referencias de otras tradiciones evangélicas se ha querido identificar a esta Salomé con:
a) la madre de los hermanos Zebedeo (Mateo, capítulo 27, versículo 56 nos habla de que a los pies de la cruz se hallaba la madre de los Zebedeo y no Salomé).
b) La hermana de la madre de Jesús, es decirla mujer de Cleofas.  (Juan nos habla a su vez, en su capítulo 19, versículo 25, de que a los pies de la cruz se hallaba su madre María, y la hermana de esta, María, la mujer de Cleofas)
- En la literatura apócrifa aparece Salomé mencionada:
a) en la tradición siria (Evangelio de Tomás 61)
b) en el Primer Apocalipsis de Jacobo (40, 25 y siguientes)  
c) en algunos salmos maniqueos
d) En la tradición egipcia aparece mencionada en el evangelio secreto de Marcos (2)
e) en la Pistis Sophia (Capítulos 54, 58, 132, 145) 
f) en citas de Clemente de Alejandría del Evangelio de los Egipcios.

B. Salomé, la hermana de Jesús
Según Epifanio de Salamina las hermanas de Jesús se llamaban María y Salomé, que eran dos hijas de José de un matrimonio anterior. Otro Padre de la Iglesia Anastasio Sinaita, sin embargo afirmaba que estas se llamaban Ana y Salomé.
Lo que sigue sin saberse es si la anterior Salomé, es decir la discípula, podría tratarse de su hermana.
C. Salomé, testigo del nacimiento de Jesús
En el protoevangelio apócrifo de Jacobo se nos cuenta el nacimiento de Jesús.
Cuando José, en pleno parto de Jesús, sale a buscar a una comadrona, deja a María al cuidado de sus hijos.
Una vez ha llegado el niño al mundo sin complicaciones, sale dicha comadrona - que es plenamente consciente de quiénes son los protagonistas de la historia y de su importancia- de la cueva donde ha tenido lugar el alumbramiento y se encuentra con una mujer de nombre Salomé. 
La partera le comenta a dicha Salomé los acontecimientos de los que ha sido testigo pero Se niega a creer en el nacimiento de un niño de una mujer virgen, hasta que se tiene ocasión de convencerse ella misma del estado de María.
Cuando esta Salomé intenta probar con su propia mano si María es efectivamente virgen, se quema la mano y ésta sólo se le cura cuando toca al niño Jesús.
Hay quien afirma que la introducción de la figura de Salomé  en esta historia, sin más explicaciones ni más contextualización, se puede deber a que los receptores del texto sabían de quién se trataba.
En otros textos apócrifos Salomé es una segunda comadrona que atiende también a María durante el nacimiento de Jesús.