Segunda generación de Herodes
Nombre
2. Familia
3. Tetrarquía de
Herodes Antipas
A. Testamento de Herodes I el Grande
B. Disputas familiares
C. Territorios de Galilea y Perea
D. Herodes Antipas y su obra constructora
E. Gobierno de Herodes Antipas
4. Matrimonio con
Herodías
5. Herodes Antipas en
los Evangelios
Juan Bautista
Pasión de Jesucristo
6. Destierro y muerte
7. Otras fuentes
1. Introducción
Segunda generación de
Herodes
Ya dijimos más arriba que a la muerte de Herodes I el Grande
su reino se dividió entre tres de sus numerosos hijos, uno de los cuales fue
Herodes Antipas.
Herodes Antipas
Con estos tres herederos del monarca llegamos a la segunda
generación de herodianos que controlarán la vida política de los judíos durante
más de un siglo.
Nombre
En el Nuevo Testamento aparece este monarca en 17 ocasiones.
En 16 de ellas se refieren a él simplemente como el monarca Herodes o Herodes
el Tetrarca.
Tan sólo en el versículo 13 del segundo capítulo del Apocalipsis
se hace referencia a él con el nombre de Antipas.
Flavio Josefo, sin embargo, sí que lo llama Antipas.
Al parecer Antipas no era un nombre raro en aquella época,
sobre todo en el mundo griego estaba bastante extendido.
Tanto el nombre de Herodes como el de Antipas eran de origen
helénico:
a) Herodes (Ἡρῴδης) vendría a significar algo así
como descendiente o vástago de héroes.
Este es un nombre común a casi todos los sucesores o
herederos de Herodes I el Grande, el creador de la dinastía y la primera figura
con este nombre.
También nos encontramos con la versión femenina de este
nombre en Herodías (Ἡρῳδιάς)
b) El segundo nombre del monarca, Antipas (Ἀντιπᾶς), no parece suscitar tanta
unanimidad entre los filólogos y se han llegado a proponer hasta tres posibles
etimologías para explicar su significado:
1. Antipas (Ἀντιπᾶς) sería un nombre
compuesto de ἀντί =
contra y πᾶς = todo,
cualquiera.
De esta manera Antipas significaría “contra todo” o “contra
todo el mundo” o bien “contra cualquiera”.
2. Otros ven en Antipas un forma alternativa del nombre
compuesto Antipatros (Ἀντίπατρος)
que estaría formado por ἀντί
= contra y πατρος = padre. Con lo cual en nombre no significaría otra cosa que “contra
el padre” o “contra su padre”.
3. Una tercera teoría ve también en Antipas (Ἀντιπᾶς) una forma altenativa de Antipatros (Ἀντίπατρος) formado por ἀντί y πατρος, sólo que
aquí el prefijo ἀντί
no significa “en contra” sino “en lugar de”, por lo que el nombre de Antipatros
significa “representante de su padre” o bien “semejanza a su padre”. O sea, lo
que solemos decir en español cuando decimos de alguien que es “el vivo retrato
de su padre”.
Esta tercera y última hipótesis nos parece la más cargada de
sentido. No parece muy lógico llamar a alguien “contra todo” o “contra su
padre”.
Lo que más unanimidad suscita entre los filólogos es que
Antipas es la abreviatura jónica del nombre Antipatros y que este nombre de
Antipatros tenía en la Antigüedad una gran popularidad en el mundo griego.
Curiosamente en todas las monedas que Antipas ordenó acuñar
aparece sólo el nombre Herodes.
2. Familia
Herodes I el Grande se casó en diez ocasiones y engendró un
mínimo de catorce hijos.
Alguno de sus hijos (y alguna esposa también) fueron víctimas
de la paranoia de su padre que no tuvo ningún reparo en mandarlos ejecutar
cuando creía que estaban tramando algún complot para apartarlo del poder.
Su cuarta mujer, una prudente samaritana de nombre Maltace
(en griego Μαλθάκη- Malzaque), supo ver el peligro que suponía entrar en el
juego de intrigas palaciegas, en el que aparentemente habían entrado otros
miembros de la extensa familia herodiana, y decidió mantenerse en un discreto
segundo plano y no dar motivo alguno de sospechas a su marido, para que este no
exigiera ni su cabeza ni la de ninguno de sus hijos.
Efectivamente, esa cautela de Maltace no sólo hizo que
sobreviviera (por poco tiempo, eso sí) a su sanguinario marido, sino que se vio
recompensada con creces, cuando a la muerte de Herodes el Grande éste dispuso
en su testamento que su reino fuera repartido entre tres de su numerosos
vástagos, dos de los cuales eran hijos de Maltace: Arquelao (principal
beneficiado en la herencia) y Antipas.
Los tres hijos que dicha Maltace había tenido con Herodes I
el Grande eran:
a) Arquelao, el primogénito, nacido hacia el año 23 a.C.
b) Antipas, segundón, nacido el año 21 a.C.
c) Olimpia que nació alrededor del año 19 a. C.
Tanto Arquelao como Antipas fueron educados en Roma, donde
se preparan para suceder a su padre cuando este fallezca.
En el primer versículo del capítulo 13 del libro de los
Hechos de los Apóstoles leemos que un tal Manaén, miembro de la comunidad
cristiana de Antioquía, había sido compañero de estudios de Herodes Antipas: “Había entonces en la iglesia que estaba en
Antioquía unos profetas y maestros: Bernabé, Simón llamado Níger, Lucio de
Cirene, Manaén, que había sido criado con el tetrarca Herodes, y Saulo”. (Reina
Valera Actualizada, 2015)
Ignoramos si se refiere aquí el escritor a Manaén también
fue educado en Roma o no.
3. Tetrarquía de
Herodes Antipas
A. Testamento de
Herodes I el Grande
Entre los últimos días del mes de marzo y los primeros del
mes de abril del año
4 a. C. fallece Herodes I, llamado más tarde el Grande.
Flavio Josefo nos narra en su obra “Las Antigüedades de los
judíos” (Libro XVII, capítulos VI al VIII) la muerte de Herodes con todo lujo
de detalles.
Flavio Josefo atribute la penosa agonía del monarca a un
castigo divino por sus muchos pecados.
Tres años antes de dejar este mundo hace ejecutar a los dos
hijos de su segunda mujer, Mariamna I (reina asmonea), Aristóbulo y Alejandro.
Poco antes de fallecer manda asesinar también a su
primogénito Antipatro, el único hijo que había tenido con su primera mujer
Doris.
Herodes se ve en la obligación de realizar cambios en su
testamento, pues ha eliminado a los tres primeros hijos varones en la línea de
sucesión.
Se reúne a la gente en el teatro de Jericó y se leen en
público las últimas voluntades del finado monarca.
Los tres vástagos siguientes en la línea sucesoria son los
que van a heredar sus dominios. Estos son:
a) Herodes Arquelao, hijo de la cuarta mujer de Herodes, la
samaritana Maltace, hereda, con el título de etnarca, las regiones de Judea,
Samaria e Idumea. Se llevó la mejor parte en el reparto de los territorios.
b) Herodes Antipas, hijo también de Maltace, recibe Perea y
Galilea, que gobernará con el título de Tetrarca
c) Herodes Filipo II, hijo de Cleopatra de Jerusalén, quinta
esposa de Herodes I, obtiene Iturea, Traconítida, Gaulanítida, la Batanea y
Paniada que va a administrar también con el título de Tetrarca.
d) A la propia hermana de Herodes el Grande, Salomé, le
corresponden las ciudades de Jamnia (o Yavne), Asdod y Fasael (o Fasayil), así
como cinco mil dracmas de plata.
Reparto del reino de Herodes
B. Disputas
familiares
Nada más hacerse público el testamento de Herodes I, comienzan
las disputas entre los herederos, especialmente entre Herodes Antipas y Herodes
Arquelao.
La causa de la discordia es que, cuando Herodes I, manda
asesinar a sus dos hijos Aristóbulo y Alejandro, pone a su hijo Herodes Antipas
como principal heredero de su reino.
Más adelante realiza cambios en el testamento y desplaza a
Herodes Antipas para colocar en su lugar a Herodes Arquelao.
Ante el cruce inacabable de acusaciones no queda más remedio
que acudir al César que es el que tiene la última palabra, cuando se trata de
dirimir cuestiones de tipo sucesorio entre los reyezuelos clientes que
menudeaban en el oriente del imperio.
Así pues, los herederos marchan a Roma para que el emperador
Augusto decida qué hacer conforme al testamento del difunto monarca.
Nos hallamos en el año 3 a.C.
El emperador Augusto convoca un conclave en el Templo de
Apolo Palatino. Ahí se oirá a las dos partes y se dictará sentencia.
Ante el emperador Augusto se van a presentar no dos, sino
tres fracciones de judíos, cada una con sus propios intereses:
a) Antipas, que acude acompañado de un numeroso séquito
partidarios de su causa, y que solicita que no se tenga en cuenta el último
testamento sino el anterior, en el cual se le nombraba a él heredero principal.
El portavoz y defensor de Antipas ante el César acusa
también a Arquelao de haberse de haberse hecho con el primer puesto en el
Testamento de manera fraudulenta.
b) Arquelao, que también se encontraba en presencia del
emperador, niega las acusaciones y solicita de Augusto que se respeten las últimas
voluntades de su padre.
A Arquelao le acompañaba su medio hermano Filipo, el cual
había acudido a Roma a defender la causa de aquel, y ver si, de paso, le caía
algo adicional en el reparto de la herencia de Herodes I el Grande.
c) Además, y para complicar todavía más el asunto, comparece
un grupo de 50 judíos que había venido desde Judea y que apoyados por la
comunidad judía romana (Flavio Josefo nos refiere que se les unen 8000 judíos
de Roma) acusan tanto al difunto Herodes el Grande como a su hijo Herodes
Arquelao de haber cometido todo tipo de abusos y atrocidades contra el pueblo
judío y solicitan que toda la región pase a estar gobernada por los romanos
como parte de la provincia romana de Siria.
Informan al César de que Arquelao comenzó su gobierno
matando a 3000 judíos.
El César, una vez escuchadas todas las partes, disuelve el
consejo y pocos días después da a conocer su veredicto.
Augusto confirma el último testamento de Herodes I, dando la
mitad del reino a Arquelao y concediéndole el título de etnarca. Además promete
nombrarle también rey más tarde, si hace méritos para ganárselo.
La otra mitad del reino la divide en tetrarquías y se las
entrega a los otros dos hijos de Herodes: una a Filipo y la otra a Antipas.
Antipas recibe Perea y Galilea.
Filipo se quedó con Batanea, Traconítide, y Auranítide.
Tetrarquía de Herodes Antipas (color morado)
Ambos reciben el título de Tetrarcas, que significa,
gobernadores de la cuarta parte. Efectivamente, cada uno de estos dos herederos
pasa a gobernar una cuarta parte del anterior reino de Herodes I; las otras dos
cuartas partes, o sea la mitad cae en manos de Herodes Arquelao, que no es
tetrarca sino etnarca, un título superior.
C. Territorios de
Galilea y Perea
La tetrarquía de Herodes Antipas estaba compuesta por dos
regiones que no sólo eran muy diferentes la una de la otra, sino que además se
hallaban separadas por un trozo de la región pagana llamada Decápolis.
Una de las regiones era Galilea, dividida a su vez en la
Alta Galilea (al norte) y la Baja Galilea (más al sur) y la otra era Perea,
región situada justo al este del río Jordán.
Si bien es cierto que los dominios de Antipas están
separados, cosa que no ocurre en los territorios de sus dos hermanos
gobernantes, a cambio la población de ambas regiones es predominantemente
judía, lo que supone tener menos conflictos entre judíos y gentiles, como
sucedía en aquellas zonas donde la población era mucho más heterogénea.
Antipas se muestra en todo momento como un gobernante
pacífico que no desea conflictos con los vecinos, ni con sus hermanos, ni con
otros gobernantes y por supuesto, mucho menos con los prefectos y legados
romanos, que administraban regiones colindantes a las suyas.
De los únicos que se debía preocupar era de los belicosos
nabateos, cuyo reino se hallaba al este de Perea, y cuyos monarcas reclamaban
como suyas algunas ciudades, aldeas y campos que se encontraban en Perea.
Para conjurar el peligro de un posible ataque de sus vecinos
de oriente, Herodes Antipas había contraído matrimonio con Phasaelis, princesa
nabatea, hija del rey de los nabateos Aretas IV.
D. Herodes Antipas y
su obra constructora
Como ya hiciera su padre Herodes el Grande, Antipas va a
patrocinar también la construcción de edificios propios de la cultura
grecorromana como teatros, gimnasios, termas, estadios, etc.
1. En Galilea
a) reconstruye la ciudad de Séforis (Sephoris) -en griego
Sepphoris (Σεπφώρις)- que a
partir del año 3 a. C. se convierte en la capital de su Tetrarquía.
b) a partir del año 17 d.C. comienzan las obras de una nueva
ciudad, que tan sólo dos años más tarde, le arrebata la capitalidad a Séforis.
Estamos hablando de Tiberiades o Tiberias, ciudad que manda
construir Herodes Antipas en la orilla oeste del lago Genesaret en honor del
emperador Tiberio, que había sido su mentor.
Más tarde el lago a cuyas orillas se levantó dicha ciudad
también pasará a llamarse lago Tiberiades.
La ciudad es construida siguiendo los cánones
arquitectónicos grecolatinos, con un foro, un teatro, circo, etc.
Tiberiades fue levantada sobre la necrópolis judía de la
vecina ciudad de Hammat, por lo cual la localidad pasó a ser considerada por
los judíos más escrupulosos como una ciudad impura.
De hecho se dice y se repite que Jesús nunca puso un pie en
dicha ciudad, predicando su palabra y realizando milagros en localidades
cercanas, pero sin entrar nunca a la ciudad de Tiberiades.
Esta ciudad fue preminentemente gentil en un principio, pero
poco a poco se fueron estableciendo ahí cada vez más familias judías, hasta que
después del año 70 d.C., destruida Jerusalén y su templo, Tiberias pasó a ser
un centro importante para el judaísmo.
2. En Perea
a) En esta región Herodes Antipas amplía la villa de
Beth-Aramphtha y la rebautiza con el nombre de Livia, en honor de la esposa del
Emperador Augusto y madre de Tiberio, que se llamaba en un principio Livia
Drusila, pero que más tarde pasó a llamarse Julia Augusta. Es por eso que la
ciudad cambió también el nombre de Livia a Julia.
E. Gobierno de
Herodes Antipas
Como ya hemos mencionado más arriba Herodes Antipas gobernó
sus dos regiones con el título de tetrarca, que era un grado inferior al que
detentaba su hermano el Etnarca Arquelao.
El hecho de ver cómo pasaba de ser el principal heredero en
el testamento de su padre a verse desplazado por su hermano Arquelao, debió de
ser un duro golpe para el joven Herodes Antipas, que escasamente contaba con
veinte años cuando murió su padre.
Es posible que se viera toda su vida como la víctima de las
intrigas de su hermano Arquelao que le usurpó la Tetrarquía sobre Judea, Iturea
y Samaría, la mejor parte de la herencia.
Quizá fuera este episodio una espinita que llevara clavada
toda su vida y que más tarde su mujer Herodías se encargó de remover con
pésimas consecuencias, como ya veremos.
El caso es que Herodes Antipas se esforzaba por mantener la
paz fuera de sus fronteras, como ya hemos indicado, pero también tenía interés
en que sus súbditos judíos mantuvieran la calma.
Durante el gobierno de Herodes Antipas, que es largo (43
años, de 4 a.C. al 39 d.C.) y bastante estable, no se producen incidentes
graves en sus territorios.
Antipas es un monarca de carácter débil y manipulable, no tiene
una línea de actuación clara y lo vemos actuar unas veces de una manera y otras
de la contraria.
Así pues tenemos a un jovencísimo Antipas ambicioso que
marcha a Roma a defender ante el emperador Augusto sus derechos sucesorios, que
él cree que le han sido arrebatados mediante un estratagema por su hermano
Arquelao, pero más adelante el mismo Antipas es reacio a acudir de nuevo a Roma
a solicitar, esta vez ante Calígula, el título de rey para su persona.
Vemos ambición desmedida y conformismo.
Vemos también que es respetuoso con los judíos religiosos y
evita imprimir imágenes en las monedas por no provocarlos, pero luego construye
una ciudad completamente pagana sobre un antiguo cementerio judío, o peor aún,
comete un escándalo monumental cuando se divorcia de su legítima esposa para
casarse con la mujer de su medio hermano.
Por un lado Antipas busca a Jesús para matarlo, como nos
indica Lucas en el capítulo 13, versículo 31 de su evangelio, (En la misma hora llegaron ciertos fariseos y
le dijeron: “Sal y vete de aquí, porque Herodes (Antipas) te quiere matar."
RVA 2015.), pero cuando lo tiene delante no consta que lo maltratara físicamente.
Por un lado manda encarcelar a Juan Bautista por criticarle,
pero por otro lado le guarda respeto, y no se atreve a mandarlo ejecutar.
De la misma manera, considera a Juan un hombre justo, pero
acaba decapitándolo.
Con respecto a su mujer Herodías, vemos que es poco menos
que un títere en sus manos:
Cuando ella solicita, por medio de su hija Salomé, que se
ponga fin a la vida del Bautista, Antipas consiente.
Cuando a Herodías se le antoja que su marido debe tener el
mismo rango que el zángano de su hermano Agripa I, no para de insistir hasta
que finalmente consigue que Antipas embarque hacia Roma para rogarle al emperador
el título de rey.
En fin, vemos que no es éste un monarca con el carácter y
personalidad de su Padre Herodes I, por ejemplo.
Ya hemos mencionado que Antipas evitaba provocar a los más
religiosos renunciando a grabar efigies suyas o de los emperadores romanos en
todas aquellas monedas que mandaba acuñar.
Moneda con las inscripciones Herodou Tetrarjou (de Herodes Tetrarca) y Tiberis.
En tres ocasiones, sin embargo, escandaliza al pueblo judío:
a) Cuando construye la capital de su Tetrarquía, Tiberiades,
sobre un cementerio.
b) Cuando se divorcia de su mujer nabatea para casarse con
Herodías, mujer de su medio hermano Filipo (doble o triple escándalo, según se
mire)
c) Cuando manda encarcelar y más tarde decapitar a Juan
Bautista, considerado por muchos un hombre justo, cuando no un profeta.
Veamos más en detalle estos dos últimos incidentes, pues del
primero ya hemos hablado anteriormente.
4. Matrimonio con
Herodías
Como ya hemos
adelantado antes, Herodes Antipas se había casado, con toda seguridad por
motivos estratégicos, con la hija de Aretas IV, rey de los nabateos.
Con este
matrimonio se blinda ante una posible invasión por parte de sus vecinos
nabateos, que eran tremendamente expansionistas y que apetecían de ciertas
zonas de Perea.
En algún
momento Herodes Antipas se encapricha de su cuñada (la mujer de su medio
hermano Herodes Filipo I), que también era su sobrina (pues era hija de su otro
medio hermano Aristóbulo).
Decide
casarse con ella, para lo cual se han de romper dos matrimonios, pues como
acabamos de mencionar, Herodías también estaba casada, además, y para mayor
escándalo, con un hermano de Herodes Antipas.
La rotura de
su matrimonio y su unión con Herodías va a resultar un auténtico quebradero de
cabeza para el tetrarca, por dos razones principalmente.
En primer
lugar, el rey nabateo Aretas IV, irritado por ver como su hija Phasaelis ha
sido rechazada por Herodes Antipas, decide aprovechar la ocasión para atacar a
su yerno y resolver, de esta manera, algunos viejos problemas fronterizos que
quedaban pendientes y que habían quedado en tres paréntesis, por aquello de no
discutir con la familia.
Rotos ahora
todos los vínculos familiares con Herodes Antipas, y sintiéndose además
ofendido por la humillación que dicho personaje ha infligido a su hija, Aretas
IV ve llegado el momento oportuno para atacar a Herodes Antipas.
Los ejércitos
de uno y otro gobernantes se enfrentan y son las tropas de Antipas las que
salen peor paradas.
Perecen
numerosos soldados judíos en el ataque de los nabateos y los ciudadanos más
religiosos interpretan en la derrota un castigo divino por haber cometido
triple escándalo:
a) Rompiendo
su legítimo matrimonio
b) Rompiendo
un segundo matrimonio
c) Uniéndose
a la mujer de su hermano, algo que la Ley bíblica condenaba sin tapujos (Levítico,
capítulo 18, versículo 16 y Levítico, capítulo 20, versículo 21) pues se
estaría cometiendo una inmundicia.
Entre estos
judíos celosos de su Ley se encontraba un asceta, que vivía en el desierto y
predicaba el arrepentimiento y la llegada del Mesías.
Dicho
profeta, llamado Juan el Bautista, pues sumergía a sus seguidores en las aguas
del Jordán, denunciaba públicamente el pecado que Herodes Antipas estaba
cometiendo y no se amilanaba ante las amenazas que recibiera para callarse.
Herodes
Antipas no se atreve a quitarle la vida porque lo tiene por profeta y porque el
pueblo lo admira como hombre justo.
Cuando la
insolencia de Juan llega a límites inaceptables para el tetrarca, éste lo hace
encarcelar, pero insiste en respetarle la vida, para exasperación de su nueva
mujer Herodías, que no entiende como su marido, el hombre más poderoso de la
región, consiente la permanente afrenta que supone escuchar al pertinaz
deslenguado criticar la relación que ambos mantienen.
5. Herodes Antipas en
los Evangelios
Herodes Antipas aparece mencionado 17 veces en los
Evangelios.
a) 5 veces en el Evangelio de Mateo
b) 2 veces en el Evangelio de Marcos
c) 7 en el Evangelio de Lucas
d) 2 veces en el libro de los Hechos de los Apóstoles.
e) 1 vez en el Apocalipsis.
De las 5 veces que se menciona al Tetrarca en el Evangelio
de Mateo, 4 de ellas se hace en relación a la muerte de Juan el Bautista.
De las 2 menciones que se hacen al mismo Tetrarca en el
Evangelio de Marcos, también se hacen en relación al martirio del Bautista.
3 de las menciones que encontramos de Herodes Antipas en el
Evangelio de Lucas se hacen también en relación a la decapitación de Juan
Bautista.
Herodes Antipas observando la cabeza del Bautista. Obra de Andreas Duncan Carse
Una de las menciones que se hace en el Evangelio de Lucas se
hace en el marco de la Pasión de Jesucristo.
Veamos que se nos cuenta en los Evangelios de Herodes
Antipas.
Juan Bautista
Como acabamos
de señalar, Herodes Antipas aparece mencionado 17 veces en los Evangelios. De
esas 17 menciones, 9 se hacen en el marco de la ejecución de Juan el Bautista.
Todos
conocemos la historia de aquella muchachita, que la tradición bautizó como
Salomé, que durante una fiesta de cumpleaños en honor de Herodes Antipas, supo
bailar con tanto donaire y gracia que hizo las delicias de los comensales.
Herodes
Antipas quedó tan deleitado con las artes de la chiquilla que le prometió
delante de todos darle aquello que ella le pidiera.
La joven,
abrumada por aquel rapto inesperado de generosidad del tetrarca no sabe que
contestar y lo consulta con su madre, que no es otra que Herodías, la cual ve
llegada la ocasión de desquitarse con aquel insolente predicador que no deja de
incordiarle con sus acusaciones.
Así pues,
Salomé, instada por su madre le pide al Tetrarca la cabeza del Bautista.
Herodes
Antipas se entristece al oír aquello pero no puede incumplir la promesa que ha
hecho delante de tanta gente, sin que su credibilidad quede maltrecha.
Se hace lo
que la jovencita solicita y Juan es decapitado.
Podemos leer
este relato en Mateo capítulo 14, versículos 1-12 y en Marcos, capítulo 6,
versículos 14-29.
Degollación del Bautista. Obra de Juan Martínez Montañés
Pasión de Jesucristo
El único Evangelio que menciona a Herodes Agripa en relación
a la pasión de Jesucristo es Lucas.
En el capítulo 23 del Evangelio de Lucas, de los versículos
6 al 12 nos relata el evangelista el encuentro que Herodes Antipas tuvo con
Jesús, y que como vamos a ver, no pudo resultar más decepcionante para el
Tetrarca.
Cuando el prefecto Poncio Pilato se encontraba interrogando
a Jesús, se da cuenta de que el detenido no es culpable de nada y pretende
dejarlo marchar, pero sus acusadores no cejan de pedir castigo.
Cuando los sacerdotes le comentan que Jesús venía predicando
y alborotando al pueblo desde Galilea a
Judea, a Pilato se le enciende la bombilla; ya sabe cómo quitarse el problema
de encima: le va a enviar el reo a Herodes Antipas.
Jesús ante Herodes Antipas. Obra del Maestro de Sijena
Efectivamente la ocasión no puede ser más propicia: se acaba
de enterar de que el supuesto alborotador es galileo y precisamente por
aquellas fechas andaba el tetrarca de Galilea por Jerusalén, pues como buen
gobernante de súbditos judíos que era, debía dar buen ejemplo y participar en
las fiestas religiosas. ¿Y qué fiesta hay que sea más importante que la Pascua?
Herodes Antipas se alegra mucho de conocer en persona a
Jesús, pues había oído hablar de él y quería verle realizar algún milagro.
Comienza entonces el tetrarca a acosarle con preguntas y a
solicitarle que lleve a cabo algún portento.
Jesús ni se inmuta, no contesta y, por supuesto, no
sorprende a Antipas realizando ningún prodigio.
Herodes Antipas, aburrido y desilusionado, comienza a
burlarse de él, ordena que lo vistan con ropa ostentosa y se lo devuelve a
Pilato. No encuentra ninguna culpa tampoco en él.
Al parecer aquel gesto de deferencia que Poncio Pilato había
tenido para con él hizo que ese día apartara a un lado la vieja animadversión
que sentía por el romano y ambos llegaran a hacerse amigos.
Herodes Antipas y Poncio Pilato se hacen amigos. Obra de Friedrich August Ludy
6. Destierro y muerte
En su libro Las Antigüedades Judías (libro XVIII, capítulo
VII) nos relata detalladamente, cómo Herodes Antipas cometió un error y lo
perdió todo de la noche a la mañana.
La mujer de Herodes Antipas, Herodías, era hermana de
Herodes Agripa I.
Dicho Herodes Agripa I se había pasado parte de su vida dando
sablazos por aquí y por allá y esquivando como podía a sus acreedores.
Su hermana Herodías despreciaba profundamente a su hermano
Agripa al que consideraba un fracasado.
Un día llega a sus oídos que su denostado hermano, aquel
inútil manirroto de Agripa vuelve de Roma a Judea, no sólo libre de deudas,
sino convertido en rey de Judea, Idumea y Samaria.
Agripa que se había criado en Roma, había trabado una enorme
amistad con Druso, hijo del Emperador Tiberio.
A lo largo de los años sigue cultivando las relaciones con
los miembros más influyentes de dinastía Julio-Claudia y, así pues, llegado el
año 37 d. C. logra que el mismísimo Emperador Calígula le conceda el gobierno
sobre Judea, así como el título de rey.
Herodías enferma de envidia. Ella está casada con un hijo
directo de Herodes I el grande; por lo tanto su marido, Herodes Antipas, tenía
más derecho a ser nombrado rey, que no Herodes Agripa I, que era nieto de
Herodes I el Grande.
Se ha cometido una enorme injusticia a los ojos de Herodías,
que está obsesionada con la idea de que su marido merece mucho más que Agripa
el título de rey.
Comienza una auténtica campaña de acoso a su marido para
convencerlo de que marche a Roma y se presente ante el César y solicite que se
le conceda el título de monarca.
A Herodes Antipas le da una enorme pereza tener que
desplazarse a Roma y emplear no poco tiempo y dinero para conseguir que el
emperador le atienda, todo esto sin garantías de éxito.
Pero su mujer es incombustible y no piensa darse por
vencida. Si su hermano, con mucha menos razón, ha conseguido el título de rey,
otro tanto ha de obtener su marido, que tiene muchos más motivos para merecer
la dignidad de monarca.
Antipas cede ante el implacable hostigamiento de su esposa y
ambos parten hacia Roma.
Cuando el recién nombrado monarca de Judea, Herodes Agripa
I, se entera de las intenciones de su Hermana Herodías y su cuñado Herodes
Antipas decide aguarles la fiesta; Agripa I manda a su vez a Roma a uno de sus libertos, un tal
Fortunato, con regalos para el Emperador, así como con unas cartas cargadas de
acusaciones contra su cuñado Herodes Antipas.
En dichas misivas se acusa a Herodes Antipas de conspirar
contra el Emperador.
Cuando Calígula, le concede finalmente una audiencia a
Herodes Antipas, dichas cartas ya han llegado a manos del César.
El emperador le lee a Antipas la carta de su cuñado en la
que se le acusaba a Herodes Antipas de dos delitos:
a) de haber tramado un complot con Sejano en contra del
anterior emperador, Tiberio
b) así como estar compinchado en esos momentos con el rey parto
Artabano, en contra de Calígula.
En la famosa carta se informaba a Calígula de que Antipas estaba
haciendo un sospechoso acopio de armas, suficientes como para armar a un
contingente de 60.000 hombres.
Antipas confiesa que, en efecto, estaba acumulando un gran
número de armas, pero no con fines de levantarse contra la autoridad de Roma.
Calígula prefiere creer las insidias que contiene la carta y
castiga a Herodes Antipas expropiándole la tetrarquía y entregándosela al
chivato de su cuñado, que ve aumentado de esta manera el tamaño de su nuevo
reino.
Además le ofrece también todos los bienes y riquezas de
Antipas.
Por si todo esto no fuera suficiente castigo, envía a
Antipas a un destierro perpetuo en Lyon, en la Galia.
Calígula tiene más consideración con Herodías, por tratarse
de la hermana de su gran amigo Herodes Antipas. Sus propiedades personales
serán respetadas, y será libre de acompañar o no a su marido al exilio.
Herodías determina serle fiel a su marido y le acompaña al
exilio.
Sin embargo Calígula interpreta la acción de Herodías como
un desplante de Herodías y decide que sus bienes sean también requisados y
pasen a manos de su Hermano Herodes Agripa I.
Corría el año 39 d. C. y a partir de este momento nada más
se sabe de la infeliz pareja.
Seguramente Antipas murió en Lugdunum Convenarum, pero se
desconoce cuándo.
El historiador Dion Casio, escribió un siglo y medio más
tarde en su obra Historia Romana, libro LIX, párrafo 8, hablando de Calígula lo
siguiente: “… liberó a Agripa, nieto de Herodes, que había sido encarcelado por
Tiberio, y lo había puesto a cargo del dominio de su abuelo, no solo le
arrebato a su hermano (Antipas) , que de hecho era su hijo (de Herodes el
Grande), de su herencia paterna, sino que en realidad lo asesinó, y eso sin
enviar ninguna información al respecto al senado”.
Si Herodes Antipas terminó sus días violentamente, como nos
relata Dion Casio, o de forma natural se desconoce.
7. Otras fuentes
La principales fuentes de información que disponemos sobre
Herodes Antipas son:
1. Flavio Josefo, especialmente en sus obras:
a) La guerra de los judíos (Libros I y II)
b) Las Antigüedades de los judíos (Libros XVII y XVIII)
2. El Nuevo Testamento
Mateo 14:1
Mateo 14:3
Mateo 14:5
Mateo 14:6
Mateo 22:16
Marcos 6:14
Marcos 6:17
Lucas 3:1
Lucas 3:19
Lucas 8:3
Lucas 9:7
Lucas 9:9
Lucas 13:31
Lucas 23:7
Hechos 4:27
Hechos 13:1
Apocalipsis 2:13
3. Estrabón, Geografía, Libro XVI (párrafo 765)
“mientras que a los
otros (hijos de Herodes I) se les asignó una tetrarquía a cada uno”.
4. Dión Casio
a) Historia Romana, LV 27,6: “Herodes de Palestina, que fue acusado por sus hermanos de algún que
otro delito y fue desterrado más allá de los Alpes, siendo confiscada una parte
de sus dominios para ir a parar al estado”.
b) Historia alígula) „no
solo le arrebato a su hermano (Antipas), que de hecho era hijo (de Herodes el
Grande), su herencia paterna, sino que en realidad lo asesinó”.